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La brecha de género en las pensiones: las viguesas perciben de media casi 400 euros menos al mes

La retribución por jubilación creció un 11 por ciento desde 2017

Concentración de pensionistas en Vigo. Marta G. Brea

Los negacionistas de la desigualdad entre hombres y mujeres no suelen aportar datos objetivos con los que demostrar que no existe brecha de género social ni económica. Solo hay que comprobar las cifras para verificar que queda mucho por hacer para lograr la equiparación entre sexos. Por ejemplo, según los últimos números oficiales sobre las pensiones, la diferencia entre “ellos” y “ellas” apenas se ha reducido en la última década.

En el año 2011 un vigués cobraba de media 1.147 euros por una prestación de jubilación o invalidez, mientras que una viguesa 763,59 euros. Ahora, “ellos” ganan de media 1.400 y “ellas” 1.024. Es decir, la brecha actual en las pensiones en la ciudad es de casi cuatrocientos euros mensuales, una diferencia nada desdeñable y que apenas se está logrando reducir pese a las medidas impulsadas desde el Gobierno central, como el complemento de las pensiones contributivas para intentar mitigar esa brecha de género.

Aunque las pensiones reflejen las diferencias salariales de los últimos tres o cuatro lustros, son consecuencia de las diferencias que existían hace décadas, donde la incorporación de la mujer al mercado laboral era muy limitada y donde la cualificación del tipo de empleo al que podían acceder en la mayoría de los casos era mucho menor que para los hombres.

Es decir, por un lado se demuestra que las viguesas, y las mujeres españolas en su conjunto, perciben de media un salario inferior que el de los hombres, lo que les hace cotizar menos y por tanto cobrar una pensión inferior en el momento de su jubilación. Y por otro lado, hay que tener en cuenta también que la mayoría de pensiones no contributivas las cobran las mujeres, y este tipo de prestaciones son por lo general muy inferiores.

Relacionado con esto, precisamente, son “ellas” las que ejercen en muchos casos puestos de trabajo sin ningún contrato laboral y que por tanto no permite cotizar a la seguridad social, como por ejemplo el cuidado de personas mayores a domicilio o la limpieza de hogares, donde en muchos casos los “empleadores” prefieren no establecer una relación contractual para ahorrarse las cuotas que hay que pagar a la Seguridad Social por estas trabajadoras.

Todo ello forma el cóctel que provoca que los vecinos de la ciudad cobren casi cuatrocientos euros más de media de pensión que las viguesas. Y no parece que la situación vaya a cambiar en demasía en los próximos años porque la realidad laboral y la desigualdad salarial entre hombres y mujeres continúa a la orden del día.

Simón Espinosa

La presión sobre el sistema público de pensiones sí que ha crecido, y de qué forma, en la última década. Porque en 2011 en Vigo había 56.584 vecinos que cobraban una prestación de la Seguridad Social, mientras que esa cifra se disparó y no paró de aumentar año a año hasta los 64.558 que reflejan los últimos datos oficiales del Instituto Galego de Estatística (IGE).

Sin tener en cuenta la distinción entre hombres y mujeres, desde 2017 la pensión media ha ido aumentando progresivamente. Concretamente ha crecido un 11% hasta la prestación media actual, que se sitúa en los 1.205 euros. Habrá que estar atentos a las actualizaciones de las pensiones de los próximos años, especialmente teniendo en cuenta cómo el IPC y la inflación se está disparando de un tiempo a esta parte y que se ha agravado hasta el extremo ahora como consecuencia fundamentalmente de la guerra en Ucrania.

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