La nueva Gran Vía de Vigo continúa avanzando hacia su imagen definitiva. Las obras de instalación de las rampas mecánicas que salvarán su pendiente siguen avanzando y ya han permitido el reasfaltado de las calzadas que se convirtieron en zona de trabajo desde mediados de febrero.

A punto de alcanzar el ecuador de los ocho meses de ejecución previstos y a pesar de la grave crisis de materiales o el encarecimiento de los combustibles, la obra de Gran Vía mantiene su cronograma y no presenta retrasos.

Es por ello que desde este viernes los trabajos se concentrarán en el bulevar central para alivio de los conductores.

Este asfaltado llegaría a tiempo para otra de las novedades que le esperan a una de las principales arterias transversales de la ciudad. Si la propuesta de la Consellería de Infraestructuras sale adelante y Concello y Ministerio de Transportes permiten la puesta en funcionamiento de la nueva estación de autobuses de Urzáiz en el mes de agosto, los autobuses procedentes de los corredores sur y oeste –Val Miñor y Baixo Miño– prolongarían su recorrido actual hacia el complejo intermodal de Vialia.

Por el momento no existe una respuesta oficial para dicha propuesta, igual que tampoco se ha avanzado la fecha de finalización del túnel de acceso desde Lepanto a la AP-9 que ha obligado a desvíos por todo el centro urbano para acceder a la Autopista del Atlántico.

De los 4,2 millones que cuesta esta segunda fase de las rampas de Gran Vía, los fondos de recuperación del Ministerio de Transportes aportan 3,145 millones.