La situación económica no solo se mira en indicadores financieros, también la realidad de las aulas es un buen parámetro. Ejemplo de ello se encuentra en el número de alumnos extranjeros en las clases de Educación Infantil, Primaria, Secundaria o Bachillerato, que tras varios años de caída repunta hasta alcanzar su mejor registro en la ciudad.

Inmigrantes y refugiados

Tanto es así que este curso, las aulas viguesas acogieron a cerca de 2.700 estudiantes, bien inmigrantes, bien refugiados a consecuencia de la guerra de Ucrania, factor que inevitablemente incrementó estos datos. Este alumnado representa casi el 11% del total de los matriculados este pasado curso en Vigo: 25.495. Son casi 400 niños y niñas más que el año anterior, 2.608 fueron en el curso 2018/2019 o 2.347 en el 2017/2018, según los datos de la Consellería de Educación. Echando la vista atrás, la cifra se desploma en los años 2011 o 2012 con 2.162 y 2.075 respectivamente. En el curso 2009/2010 los estudiantes de nacionalidad no española eran 1.505.

Caída con la pandemia

Precisamente fue el curso de la pandemia el que más resistió esta caída de alumnado extranjero. Detrás se encuentra el cierre de negocios, fábricas de industrias que obligó a muchas de estas familias a retornar a sus países en busca de otra oportunidad laboral o estabilidad familiar. Recuperada la normalidad en buena parte de los sectores, los registros volvieron a estabilizarse, o incluso mejorar.

Planes de adaptación

La incorporación tardía de este alumnado a las aulas requiere de un trabajo extra y personalizado del profesorado. En el caso del CEIP García Barbón, donde este pasado curso estudiaron varios alumnos de Ucrania y también llegados de otros países, recalcan la importancia de la educación emocional de estos chicos, especialmente su integración en el aula. “A través del departamento de orientación se trabajó en un plan de adaptación. Ya en el aula, procuramos que se sienta integrado con el grupo, poniéndolo en contacto con niños más receptivos con los que puedan jugar, entablar una amistad... Ese aspecto es tan importante como el lectivo”, señala su director.

Adquisición del idioma

Así, y para lograr esta finalidad, es fundamental la adquisición del idioma. “Nosotros tenemos auxiliares de conversación en el aula, principalmente en Inglés, para ayudar en esta integración. Cuando llegan de países de habla hispana, el problema ya es mucho menor. Se comenzaría con un conocimiento de nivel para después ir reforzando aquellas materias donde pueda estar un poco más descolgado”, añade el también docente.

Centros

Entre estas ayudas destaca material especializado o pruebas adaptadas. “Textos más pequeños o más sencillos para que poco a poco vayan cogiendo el ritmo”, precisa el director del CEIP García Barbón.

Otro ejemplo de ello se encuentra en el CEIP Vicente Risco, en Teis; un pequeño centro con poco más de 100 alumnos donde conviven 18 nacionalidades distintas, siendo los países de origen de las familias los siguientes: Venezuela, Perú, Senegal, Uruguay, Paraguay, Nicaragua, Colombia, Guinea Bissau, Argentina, Brasil, Rumanía, Panamá, Rusia, Ucrania, Honduras, Guatemala, Portugal y China.