Con motivo de la superluna de junio, que provocó mareas bajas más extensas, los agentes de la Unidad Ejecutiva realizaron un servicio de control y apoyo al guarda rural de la Cofradía de Pescadores de Vigo, en materia de vigilancia del furtivismo, una operación en la que en total han sido interceptados seis furtivos e incautados casi 11 kilos de almeja.

La operación dio comienzo el pasado día 14 y en esa misma jornada, en el entorno de las 23.50 horas, en la playa de la Punta fue interceptado un vecino de Vigo de 58 años de edad que se encontraba en el arenal llevando a cabo la extracción de almeja. Según el informa facilitado por la Policía Local de Vigo, la bolsa intervenida arrojó un peso de dos kilos.

Kilos intervenidos a una mujer que recogía almeja en la playa de A Lagoa. FdV

Al día siguiente, esta vez con ambos efectivos en labor coordinada, en el desarrollo de sus tareas de vigilancia observaron en el entorno de las 12.30 horas a dos varones recogiendo almeja en la playa de la ETEA e introduciéndolas en bolsas plásticas, que posteriormente introdujeron en una mochila negra. A la salida del agua, el guarda rural los interceptó, interviniendo un total de 3,345 kilos de almeja. Asimismo, el agente procedió a la incautación de los utensilios con los que los hombres habían efectuado la extracción, dos sachos pequeños, y cubrió el acta propuesta de sanción. Los furtivos identificados por los agentes resultaron ser dos vecinos de Vigo de 77 y 50 años de edad.

La operación fue repetida también el día 16 de junio. En esta ocasión, fue en la playa de A Lagoa en donde los agentes observaron a tres personas recogiendo almeja. Dos varones tenían el producto amontonado para su posterior recogida que, una vez incautada, arrojó un peso de 1,7 kilos. Ambos furtivos eran vecinos de Vigo y con edades de 48 y 44 años. Asimismo, en la zona de las rocas, los agentes contemplaron a una mujer que cogía almeja y la metía en una redecilla. La identificada resultó ser una vecina de Vigo de 73 años de edad que había colectado 3,88 kilos de almeja que el guarda rural procedió a devolver al mar.

De todas estas actuaciones, fue el guarda rural el que dio cuenta a la autoridad competente para sanción y proceder a la entrega de los utensilios intervenidos.