Luchar contra el cambio climático y la inclusión social. Es el gran reto de una “nueva era” en la que ya estamos, en palabras del presidente del Consejo Económico y Social, Antón Costas Comesaña. Puso especial énfasis en la segunda parte de la frase: “O creamos prosperidad para todos o el mundo en el que vivimos será complicado. A raíz de su malestar, resentimiento, ira y odio, que vienen de la falta de empleo o de los malos empleos, mucha gente empezará a pensar como en los años 20 del siglo pasado, cuando la democracia cedió para dar paso a los populismos y las autarquías. Algunos llegaron a través de las urnas, como Hitler”.
En su receta para evitar que la historia se repita, anotó la importancia de crear más y mejores puestos de trabajo. “El sistema capitalista es profundamente ético, pero no es sostenible en una sociedad democrática si las empresas no tienen corazón o compromiso. Se legitima frente a la sociedad solo si cumple la promesa que tiene en su raíz, la de ser capaz de ofrecer oportunidades para todos, especialmente, para los que más lo necesitan”, añadió.
El recién distinguido como Vigués Distinguido, uno de los economistas con más peso en el panorama nacional, hizo esta reflexión en su discurso “Responsabilidad Social Corporativa. Impacto-retorno en las empresas y en la sociedad” pronunciado en la entrega de los primeros premios “Empresas con corazón”, organizados por Cáritas Diocesana de Tui-Vigo en la sede de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP).
El acto estuvo presidido por el obispo de la diócesis, Luis Quinteiro Fiuza, y contó con la participación del presidente de la CEP, Jorge Cebreiros, y el presidente del Parlamento gallego, Miguel Santalices. Las firmas galardonadas fueron Clece –distinción a la Responsabilidad en la Inserción Laboral–, Zelnova Zeltia –al Compromiso Social– y Bimba y Lola –al Fortalecimiento de Proyectos–, reconocidas por su colaboración con la entidad apoyando su labor solidaria y por promocionar y divulgar el compromiso del sector empresarial con la responsabilidad social corporativa. El director de Cáritas, Gonzalo Davila, cerró el evento tras entregar los galardones.
Antón Costas expuso la urgencia de generar más empleo y de más calidad, especialmente, para las mujeres y los jóvenes y en pequeños y medianos municipios, no solo en las grandes ciudades. “Es una responsabilidad básica. Tenemos ideas, políticas y medios para hacerlo, creo que lo podemos lograr. Frente a estos grandes retos que tenemos, como la pobreza, y ante la dificultad de los gobiernos para darles respuesta, los ciudadanos vuelven la vista a las empresas y piden liderazgo a los directivos para afrontar esos problemas que no se pueden solucionar solo desde el ángulo de lo público”, aseveró.
Costas anotó la importancia de celebrar actos como el de Cáritas. “Debe haber reconocimientos públicos a las empresas que sí muestran compromiso para poner de manifiesto la ejemplaridad. La responsabilidad social debe ser un elemento más de su función de producción. Nos hemos olvidado en las últimas décadas de la fraternidad; sin ella, la igualdad y la libertad no funcionan”, manifestó.
El presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices, abrió el acto. Puso en valor la labor de Cáritas y recordó que, en 2018, recibió la Medalla de Oro de la institución por su trabajo en beneficio de la comunidad gallega. “En el Parlamento, debatimos mucho sobre pobreza y cómo podemos ayudar a la ciudadanía y siempre se toman como referencia los informes de Cáritas, que nadie los cuestiona”, aseguró Santalices antes de ensalzar a la Confederación de Empresarios de Pontevedra por “dar la mano” a Cáritas. “Es un gesto que dignifica a las empresas que buscan el bienestar y tratan de ayudar a quien más lo necesita”, apostilló.
El obispo de Tui-Vigo, Luis Quinteiro Fiuza, dejó claro que la intención es que estos premios “permanezcan”. “Tenemos mucha ilusión en todo esto, con lo que hemos soñado mucho tiempo. Es un paso maduro acorde con la proyección que la Iglesia, a través de Cáritas y su acción social, pretende realizar”, indicó, a la vez que destacó el papel de la empresa en la sociedad, puesto que “ayuda a configurar la dimensión social de la caridad”.
El presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra, Jorge Cebreiros, apuntó que la responsabilidad social empresarial es “una actitud que se está instalando y, al mismo tiempo, integrando como una política más en el núcleo central y decisorio de las empresas”. “Para los empresarios, va más allá de un simple acto de solidaridad. Puede ser incluso factor de competitividad, al menos, desde el momento en que existe una mayor sensibilidad en la sociedad. Es un compromiso en la defensa del desarrollo de la propia sociedad, que la hará, sin duda, más prospera, inclusiva y sostenible. No es un asunto exclusivo de las grandes empresas o corporaciones, sino que está pasando a formar parte de la estrategia de muchas pymes”, añadió.
