21 años de prisión por el asesinato de su hermana, 18 por el de su sobrina y un año y dos meses de prisión por tenencia ilícita de armas. Esta es el pena que la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, le ha impuesto a Miguel Gil, el vecino de Soutomaior condenado por matar a tiros a su hermana y a su sobrina, unos hechos que ocurrieron el 21 de agosto de 2020 en la chabola próxima al monte en la que este hombre residía en la localidad pontevedresa. La sentencia llega tras el veredicto de culpabilidad unánime y rotundo del Jurado Popular en una de las deliberaciones más rápidas que se recuerdan en los tribunales vigueses, tan solo cinco horas.

Agravantes

El jurado concluía que actuó con alevosía, que no existió legítima defensa alguna y rechazó, por mayoría, beneficiarle con la circunstancia atenuante de confesión que planteaba la Fiscalía: si confesó fue porque no le quedó “más remedio” ya que las pruebas contra él eran “evidentes”. Los magistrados también le aplican esta agravante en los crímenes y, en el caso de su hermana, la de parentesco. El fallo, emitido esta misma tarde, fue aplaudido por dos de los letrados que ejercían la acusación particular, Juan Ramón Camacho y Antonio Heredero, de Balms Abogados.

Hechos

La declaración del acusado, las pruebas testificales, los análisis periciales y el informe forense fueron claves para armar el veredicto. Genoveva, de 62 años, y Noelia, de 26, fueron aquel día de agosto a la chabola de Miguel a buscar unas escaleras que faltaban de su finca. El jurado considera que aunque las víctimas ya habían recuperado dicha pertenencia –que apareció en la zona exterior–, su familiar les disparó con una pistola semiautomática cuando aún seguían allí, en la zona sin techar de la casa. El hombre salió del interior de la vivienda y les asestó un tiro a cada una, matándolas en el acto. Lo hizo a una distancia “muy corta” y de forma “sorpresiva” para las mujeres, que ignoraban que el acusado tuviese una pistola. Una de ellas, Genoveva, trató de huir sin éxito: el disparo le alcanzó en el lateral de su cuerpo.

Versión exculpatoria

La versión exculpatoria del ya culpable era que las mujeres habían entrado en su casa armadas con un machete y un sacho con el que lo atacaron. Pero el jurado descarta que las víctimas llegasen allí provistas de estos aperos de labranza, ya que sus allegados no los identificaron como suyos.