El coreógrafo y bailarín vigués Xián Martínez sigue cosechando éxitos en su carrera dentro de la danza contemporánea. A sus veinticinco años acaba de estrenar su última pieza, Yellow Lemon, producida por la prestigiosa École de la Danse Contemporaine de Montreal, Canadá, en el Tangente Danse Theatre.Una pieza de treinta minutos para veintidós intérpretes con música original de Fernando Careaga y auspiciada por iXa, la compañía que codirige con Mariona Jaume y Fernando Careaga.
Yellow Lemon, la producción más grande del vigués hasta el momento, presente una playa en la que conviven todos los clichés posibles: hippies, familias, deportistas... Un ambiente dulce y desenfadado donde todo el mundo es feliz. Pero, poco a poco, todo cambia hasta que surge un tsunami que lo arrasa todo. De los destrozos surgen un espacio y un tiempo distópicos: “Invitamos a reflexionar sobre o cambio climático. Se non tomamos medidas, imos chegar a isto”, explica Martínez en un momento de descanso desde el otro lado del Atlántico. “Dende a nosa compañía adoitamos buscar conectar co imaxinario colectivo a través de dramaturxias compresibles. Sempre con carga social sobre temas que están a acontecer agora”, añade.
La presencia predominante del amarillo, en el título y en la puesta en escena, no es casual: “Para min é a cor do verán. Das cabañas, dos traxes de baño, dos parasois. Pero tamén é a cor da urxencia. Dos chalecos salvavidas, dos barcos de rescate...”, reflexiona. El amarillo es utilizado como conexión entre esos dos mundos. El de antes y el de después del colapso. Esa metamorfosis que hace correr a los artistas a toda velocidad hacia su final empuja al espectador a una pregunta amarga: ¿Es demasiado tarde para salvarse del desastre?
La obra ha sido un éxito rotundo. Tras cuatro pases durante la pasada semana y su retransmisión vía internet a todo el mundo –todavía disponible para verla en diferido–, los halagos no se han demorado. El público presente en el Tangente Danse Theatre arrancó una ovación unánime, pertinaz y sentida que también registraron las cámaras: “Foi absolutamente incrible a acollida”, celebra Martínez.
El proceso creativo
La creación fue compleja en un contexto de restricciones sanitarias a causa de la pandemia. Las reuniones telemáticas y una movilidad limitada condicionaron el trabajo de los creadores, teniendo que aplicar un esfuerzo extra a su trabajo. Pero lo han sacado adelante con solvencia. Xián destaca el valor que se le da a la danza en Canadá y que, dice, contrasta mucho con la situación de precariedad en la que viven otros colegas de profesión en el Estado español y que conoce de buena mano. “Aquí teñen un coidado escrupuloso por todo o proceso. Tanto na parte humana como no técnica”, señala. De hecho, que Martínez pueda traer a Galicia esta pieza es prácticamente imposible por la ausencia de plataformas que tengan la capacidad de sostenerla.
