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Pablo Núñez Nuevo directivo de la Federación Europea de Geología

“Los indicios dicen que Galicia alberga casi la mitad de los minerales estratégicos”

“Cualquier proyecto en el Galiñeiro necesitaría mucha más investigación”

El geólogo vigués Pablo Núñez. Cedida

El geólogo vigués Pablo Núñez acaba de ser nombrado miembro de la directiva de la Federación Europea de Geología, máximo organismo sectorial de la Unión. En esta charla con FARO analiza cómo afectará su nuevo puesto a Galicia; las potencialidades mineras del territorio, y la necesidad de conciliar las visiones del movimiento ecologista con el progreso de la industria.

–¿Qué significará para la geología gallega este nombramiento clave en la Federación Europea de Geólogos?

–Mi intención es que tengamos más fuerza, más nombre y que se hable más de nosotros. La geología gallega es muy rica y tiene la potencialidad de albergar recursos minerales de primera necesidad y gran magnitud para la industria. Yo creo que nos puede posicionar mejor en el contexto europeo, al menos en investigación. Voy a estar representando una institución que representa a 27 países de la Unión Europea y a más de 80.000 profesionales

–¿Qué espera aportar desde su posición en este nuevo cargo?

–De entrada soy el tesorero y por lo tanto un directivo de la Federación Europea de Geólogos. Al margen de hacer mi trabajo con las cuentas, pretendo salir más. Es decir, hacer pedagogía sobre lo importante que son las ciencias geológicas en nuestro día a día. Empezando por las materias primas minerales, que son fundamentales para nuestro desarrollo industrial y sin cuyo suministro nuestra industria podría colapsar.

–¿El futuro de Europa pasa necesariamente por la búsqueda de materias primas minerales estratégicas?

–Te diría que sí sin ningún tipo de duda. Fíjese que desde el año 2008, la Unión Europea ha avanzado la alianza por las materias primas y cada tres años actualiza una lista con los minerales que son indispensables para nuestro desarrollo. Ahora mismo, de las treinta materias definidas por la UE, Galicia tiene indicios de albergar al menos 12. Además hay algunas que no están catalogadas como materias primas críticas, pero que, probablemente, en la revisión del próximo año se incluyan. El estaño y el cobre, por ejemplo, que son básicos en el modelo planteado de descarbonización.

–¿Tan singular es la riqueza geológica de Galicia?

–Absolutamente. Y lo es porque es muy variada. En la formación geológica de Galicia, ubicada hace unos 380 millones de años, es un territorio producto de una gran colisión entre dos supermasas continentales, Laurasia y Gondwana, que van a dar Pangea. De esa unión, simplificando, sale Galicia. Cuando hay choques de este tipo hay una gran variedad de terrenos involucrados. Por eso la variedad rocosa de Galicia es excepcional.

–Quería preguntarle su opinión a respecto de las tierras raras de la Serra do Galiñeiro. ¿Es necesaria la creación de una mina en un enclave de tanta riqueza medioambiental? Se lo pregunto porque hasta cuarenta colectivos sociales están luchando por frenar su eventual creación.

–Sin duda me gustaría matizarlo. En este momento no hay ningún proyecto para el Galiñeiro. Solo tenemos la evidencia de que hay tierras raras. Pero ninguna empresa ha presentado un proyecto para poder explotarlo. ¿Si es fundamental o no? Pues no lo sé. Yo creo que hace falta más investigación y conocimiento de ese yacimiento para determinar si es o no viable. En cualquier caso, si fuese viable, tengo claro como vigués que ha pasado tanto tiempo disfrutando de aquello, que se podría hacer como una operación de minería subterránea. Sin afectar lo más mínimo el patrimonio natural. Es decir, creas una galería hasta el objetivo, lo extraes, lo procesas y rellenas la galería. Hay un dato que es revelador a nivel social: solo entre el 1% y el 2% de los proyectos de investigación se acaban convirtiendo en minas.

–¿Es tarea de la Federación tratar de conciliar esas dos visiones sobre el patrimonio natural?

–Sin duda. La Federación tiene un proyecto que consiste precisamente en eso. En facilitar el hacer llegar los procesos de la industria extractiva a todas las partes interesadas. Desde la sociedad civil a los gobiernos. A todo el mundo. Y no es fácil. Determinados colectivos han extendido cierto manto destrucción asociado directamente a la minería y eso no siempre es así. Sí que la minería arrastra un pasado complicado, pero, hoy día, los procesos mineros a parte de ser fundamentales son tremendamente respetuosos con el patrimonio natural.

–¿Son esas tierras raras necesarias para reducir el consumo de combustibles fósiles?

–Son indispensables. En la construcción de un aerogenerador, por ejemplo, son fundamentales para crear superimanes que, en espacios muy pequeños, consiguen potencias magnéticas tremendas. En el campo eólico son fundamentales. Además tenemos un gran problema y es que China controla casi el 100% de este mercado. Algo parecido pasa con los paneles solares y con cualquier elemento de generación de energías renovables.

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