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Lucas tenía mucha prisa: la historia del primer nacido en el parking del Cunqueiro

Así fue cómo Sarai dio a luz a su tercer hijo en un parto velado, una excepcionalidad que se produce en uno de cada 80.000 alumbramientos

Sarai Ferreira y José Luis Pardella, junto al pequeño Lucas, ya en planta de hospitalización. FdV

Todavía le quedaban dos semanas para salir de cuentas, pero durante el fin de semana empezó a tener algunas contracciones esporádicas. Estaba en casa con sus otros pequeños y su marido trabajando cuando los espasmos empezaron a ser cada vez más fuertes. Sarai quería esperar a que llegara José Luis, pero al ver que cada vez las contracciones eran más seguidas le avisó de que tenían que irse al Cunqueiro, que no aguantaba. Dice que caminando por casa y atendiendo a sus otros niños, Lois y Julen, de siete y dos años de edad, los dolores se le hacían más llevaderos, pero en cuanto se sentó en el coche para dirigirse al hospital, se hicieron insoportables. Dejaron a los pequeños en casa de los padres de Sarai y a partir de ahí empezó la odisea para estos dos jóvenes residentes en Salvaterra de Miño.

El marido de Sarai Ferreira cuenta que iba "confiado", porque teniendo la experiencia de los dos partos anteriores ya sabían cómo era el proceso, pero lo que más lo tranquilizaba era que ella todavía no había roto aguas. Sin embargo, de camino al Cunqueiro, a la altura de la avenida del Aeropuerto, tuvieron que parar el coche porque "parecía que ya iba a nacer". Al final tan solo fue un primer aviso, por lo que arrancó el vehículo y continuaron el trayecto, pero en la avenida de Ramón Nieto, nuevamente tuvo que echar el freno. No sabían qué hacer, si llamar a una ambulancia por si no llegaban a tiempo al hospital o continuar, pero tras unos segundos de dudas, José Luis Pardellas puso los cuatro intermitentes y, "con precaución, saltándome algún semáforo, pero pendiente de que no vinieran otros coches", aceleró para llegar lo antes posible al Cunqueiro.

José Luis (abajo a la derecha) inmortalizó el momento haciéndose un selfie con todos los profesionales que asistieron el parto, una vez que todo había salido bien. FdV

Una vez allí, en un primer momento, pensó en dejar a su mujer en la puerta de entrada de Urgencias para que la fueran atendiendo mientras él iba a aparcar, pero Sarai le pidió que por favor no la dejara sola, porque el niño venía ya, que no quería dar a luz sin que él estuviera, que poco más tiempo iba a aguantar, así que... juntos o nada. Ella llevaba bastante tiempo intentando no empujar, porque tal y como cuenta, "tenía muchísimas ganas de empezar a empujar, pero intenté aguantar. Cuando vi a los sanitarios en la puerta de Urgencias, me quedé tranquila, pensé: Si ahora pasa algo, al menos ya estamos aquí".

José Luis aparcó en el parking y fue precisamente en ese momento cuando dio comienzo el parto: con una contracción muy fuerte, un "creo que va a salir" y él corriendo hacia un profesional diciéndole que su mujer iba a dar a luz "¡ya!" y que al principio se quedó en shock a la espera de que una compañera trajera una camilla. Y mientras dudaba de si acercar el coche hasta donde estaban los profesionales, al aproximarse al vehículo se encontró a Sarai quitándose la ropa, que "ya viene", y con un silbido intentó dar el aviso al grupo de unos diez profesionales que no entendían que estaba pasando y echaron a correr en cuanto José Luis les gritó "¡que el niño sale ya!".

Con la primera contracción salió la cabecita del pequeño Lucas que, además de haberse convertido en el primer bebé que nace en el parking del Hospital Álvaro Cunqueiro, venía al mundo con la bolsa amniótica intacta, en lo que se conoce como parto velado, algo que solo sucede en 1 de cada 80.000 nacimientos, un acontecimiento extraordinario y que está asociado a la buena suerte.

Pese a la tensión del momento, Sarai recuerda que cerca del coche había más o menos unos 14 profesionales, y que cuando llegaron hasta allí, en una segunda contracción, consiguió expulsar el resto del cuerpo de su bebé. Sentada en el asiento del copiloto, algo reclinada, y en el parking del hospital vigués, con José Luis en los asientos de atrás acompañándola, así nacía el pequeño Lucas a las 02.15 de la madrugada del pasado lunes, día 23 de mayo. Al padre le ofrecieron cortar el cordón umbilical y, tras comprobar que tanto su mujer como el pequeño estaban en perfecto estado, decidió inmortalizar el momento con un selfie con los sanitarios que habían asistido el parto de su hijo menor, que entre aplausos y gritos de emoción estaban celebrando el nacimiento del niño.

Al poco tiempo, el pequeño Lucas ya tomaba el pecho tranquilamente y a las pocas horas su madre ya se animó a caminar un poco por la habitación que le asignaron. Ya en planta, Sarai Ferreira y José Luis Pardellas recuerdan aquellos momentos entre risas y sin poder creerse todavía cómo tuvo lugar el nacimiento de su tercer pequeño. "La más sorprendida fue mi madre, porque apenas pasó una media hora desde que les dejamos a los niños y hasta que le enviamos la foto de su tercer nieto", comenta Sarai, quien entre risas añade que "ojalá todos los partos fueran así de rápidos como este". Felices y con un recuerdo único, los tres se recuperan en el hospital deseando llegar a casa para disfrutar de la familia al completo.

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