El campus acogió este jueves un sentido homenaje al catedrático de Telecomunicación y vicerrector Manuel Ramos, que fallecía de forma repentina la pasada semana. Compañeros y amigos de su escuela, la UVigo y el equipo de gobierno destacaron su valía humana y profesional en presencia de su familia. El rector Reigosa, que estuvo acompañado por sus homólogos de Santiago y A Coruña, destacó su “extraordinaria calidad humana” y su gran capacidad de trabajo.

Su familia y sus hijos fueron testigos, a través de las palabras de quien lo trató, de la huella que Ramos deja en la Universidad de Vigo en la que desde su llegada a principios de la década de los noventa participó activamente en taras docentes, investigadoras, de gestión y sindicales, alcanzando con el paso de los años los puestos de catedrático y vicerreitor.

La música del docente Xosé Constenla, acompañado por Javier Constenla y Pilar Martínez, y la palabra fueron los protagonistas de una despedida conducida por la vicerrectora Mónica Valderrama y en la que participaron sus colegas y amigos Cristina Gallego, Alfonso Lago, María José Moure, Rebeca Díaz, José Pazos, Luis Anido, Betty León, José Santos, Yolanda Blanco y Cándido López. Todos ellos destacaron al trabajador infatigable, amigo de sus amigos, ingeniero total, noble, luchador por la igualdad y por el profesorado, humilde y generoso.

Sus palabras emocionadas fueron recogidas en unas tarjetas entregadas posteriormente a la viuda de Ramos y a sus hijos.

Reigosa y la pareja de Manuel Ramos. Ricardo Grobas

Visiblemente emocionado, Manuel Reigosa reconoció que llegó al cargo de rector impulsado por Ramos “que pensó que era una buena voz para llevar un mensaje a la comunidad universitaria y a la sociedade de que se pueden hacer las cosas con cariño, que se puede ser cuidadoso con las personas, que se puede crecer y crecer desde la humanidad, que se puede hablar, negociar, acordar”. Y añadió no tener palabras palabras suficientes para explicar la enorme grandeza de su amigo y compañero de gobierno. “Podría subrayar su extraordinaria calidad humana, su calidez, lo imprescindible que se hizo para todos, su capacidad de trabajo...Quien no lo lo conociese podría llamarme exagerado, pero no porque Manolo era alguien muy especial", aseguró.

Asistentes al homenaje en la plaza Erasmo. Ricardo Grobas

Reigosa finalizó su intervención asegurando que aunque no sea ni poet ni orador, sí es un hombre un de palabra. "Y voy a hacer lo posible por esa universidad que soñamos juntos en la que las personas tienen su sitio, en la que el talento puede aflorar y dar frutos y en la que hay derechos y todos podemos trabajar duro y buscar una universidad igualitaria, justa y solidaria y fraterna. Yo espero que en el futuro, si entre todas e todos conseguimos esa universidad, seamos un fermento para la sociedad, porque Manolo luchaba porque la sociedade sea así más justa, fraterna, igualitaria y feliz”, concluyó.

Actuación musical. Ricardo Grobas

El homenaje a Manuel Ramos tendrá además una manifestación permanente con la decisión adoptada por el equipo de gobierno en funciones de darle el nombre de su compañero a la sala de juntas del edificio Ernestina Otero, que desde este jueves pasa a llamarse Sala Manolo Ramos.