Era una de las citas más esperadas del año en Oia y no decepcionó. Si siempre hay una gran expectación ante curro de A Valga, que abre la temporada, en esta ocasión las ganas eran todavía mayores porque la rapa das bestas celebrada hoy fue la primera desde el inicio de la pandemia en la que por fin no hubo restricciones de ningún tipo ni limitaciones de aforo. Y eso se notó. Más de mil personas disfrutaron de un ambiente festivo, en una jornada que combina la celebración y la tradición popular alrededor del caballo de A Groba. La jornada empezó temprano, alrededor de las 9.00 horas, cuando los ganaderos empezaron a juntar a los animales y la llegada de los caballos al recinto de A Valga, en la parroquia de Loureza, se produjo en torno al mediodía. Por la tarde, a partir de las 17.00 y con un clima paradisíaco, tuvo lugar el acto central, con las actividades de rapa, desparasitación y marcaje de los animales, que posteriormente volvieron a quedar libres en los montes. En total participaron en torno a trescientos caballos.
Además de sanear y cortar las crines de los caballos, los curros realizan otras funciones importantes tanto para los animales como para la seguridad de las personas
Además de sanear y cortar las crines de los caballos, los curros realizan otras funciones importantes tanto para los animales como para la seguridad de las personas. Una de ellas es el marcaje de los equinos y la colocación del microchip. Esta obligación, que en su momento desató gran malestar debido al alto coste del chip para unos ganaderos a los que hasta les cuesta dinero mantener la que, a día de hoy, es la mayor cabaña de caballos salvajes del mundo, facilita la localización de los propietarios. El decreto equino de la Xunta, recurrido ante la UE, obliga desde 2012 a los propietarios de caballos salvajes a implantar los dispositivos electrónicos de identificación. El elevado precio inicial de los chips, de 40 euros, llevó a muchos de ellos a vender sus animales para evitar pérdidas económicas. Finalmente su coste bajó y permitió a los ganaderos, que acataron la normativa, poder seguir protagonizando uno de los eventos más esperados en toda la provincia de Pontevedra.
El curro de A Valga es uno de los espectáculos etnográficos más antiguos de Galicia, con más de 4.000 años de historia
El curro de A Valga es uno de los espectáculos etnográficos más antiguos de Galicia, con más de 4.000 años de historia. Abre la temporada de las rapas das bestas, y en Oia posteriormente tendrán lugar los curros de Torroña, el 5 de junio, y el de Mougás, el 12.
Respeto medioambiental
En los días previos a la celebración de la rapa das bestas de este domingo en el recinto de A Valga, el Concello de Oia recordó la prohibición de realizar acampadas. Es más, la Guardia Civil realizó acciones de vigilancia con el objetivo de evitar este tipo de actividades no permitidas. Además, se insistió en la colaboración de las personas asistentes para respetar al máximo el medio ambiente, pues el recinto se encuentra en un entorno natural de enorme valor. Así, se trasladó a los asistentes la necesidad de evitar dañar los árboles y las zonas especialmente sensibles, así como mantener toda la zona libre de basura. Para eso precisamente se instalaron diversos contenedores en los que poder depositar los residuos.
Afortunadamente, la jornada finalizó sin incidencias y con gran satisfacción por parte de los ganaderos, por la sensación de haber contribuido una vez más a conservar el legado de sus ancestros, pero también por las facilidades encontradas.
