Una victoria agridulce. Reigosa ha logrado un apoyo mayoritario para profundizar en su “cambio” durante un segundo mandato, pero en el que no podrá contar con el vicerrector Manuel Ramos, fallecido de forma repentina un día antes de las elecciones. El líder de la plataforma H2040 agradece el respaldo recibido y confía en aumentar en los próximos cuatro años el del PAS, donde el “sí “se impuso por solo 9 votos. Entiende los resultados también como un refrendo del trabajo de Ramos: “Todos los mensajes que nos llegan coinciden en lo grande que era como persona y en todo lo que hizo por la Universidad. Su legado es enorme”.
–Los resultados han sido muy buenos, ¿está satisfecho?
–Sí, para mí es una satisfacción porque entiendo los resultados como un homenaje final a Manolo, que tanto luchó por hacer una Universidad mejor y por propuestas constructivas como las que llevamos en nuestro programa. Aunque no he mirado en detalle los datos, está claro que la comunidad universitaria está con nosotros y vamos a intentar hacernos fuertes y conseguir que se lleven adelante todas esas propuestas de gobierno y con ese espíritu que tenía nuestro compañero y amigo.
–Lograron el 72,3% del voto ponderado, ¿es un refrendo inequívoco para continuar con su modelo otros cuatro años?
–Parte de los resultados tienen también que ver con el trabajo que se hizo. La gente pudo notar el cambio. De actitud, de modos de gobernar y también en los esfuerzos en distintas líneas de mejora. En este momento, me siento con el apoyo de la Universidad para llevar adelante estos cambios, que necesitan tiempo, mucho esfuerzo y también de la complicidad de todos. A pesar de perder a nuestro titán, estamos en una buena situación para llevar adelante el programa.
–Era la primera vez que se podía votar en contra de una única candidatura y los votos a favor triplicaron los negativos. Al final no se materializaron sus temores a ese movimiento por el “no”.
–Yo sabía que había gente proponiendo el “no” y tenía cierto miedo de que la gente no fuese a votar. Sentía un apoyo mayoritario hacia nuestro equipo y a las líneas de trabajo, pero cuando hay una única candidatura la gente puede pensar que ya está todo hecho y que no es necesario ir a votar. Finalmente, la gente que nos apoyaba se movió y ahí está el resultado, que es muy bueno.
–La participación cayó desde un 22 a un 12% , sobre todo, entre los estudiantes, que fue del 4,75%
–En algunos sectores sí que fue extraordinariamente buena considerando que solo había dos opciones, sí o no. Y aún así mucha gente depositó su confianza en nosotros. Estoy enormemente agradecido a la comunidad universitaria por haber confiado en nosotros hace cuatro años y refrendar ahora su apoyo para que sigamos otros cuatro años trabajando duro.
–Ha logrado un enorme apoyo en los estudiantes, con el 72,6% de los votos reales emitidos, y también del PDI-A y B, con un 63,5 y un 80%, respectivamente. Sin embargo, no ha reeditado el respaldo de hace cuatro años entre el PAS, donde ganó por solo 9 papeletas. ¿A qué lo atribuye?
–Todavía tenemos que analizar bien los resultados. En todo caso, me quedo con que ganamos. Quiero decir, tenemos más gente a favor entre el PAS que en contra. Continuaremos con nuestra hoja de ruta, trabajando para que toda la comunidad universitaria tenga una situación mejor dentro de cuatro años. Espero que algunos de los que votaron “no” se arrepientan y consideren que hubiese merecido la pena apoyarnos.
–¿Quizá quedaron más medidas pendientes para este colectivo?
–Siempre digo que una de las espinitas que me queda clavada es una nueva RPT. Pero la situación es fácil de comprender. Nuestra gerencia sacó adelante un acuerdo de funcionarización, algo que ya se había intentado varias veces y nadie fue capaz de hacer antes. Y fueron los propios representantes sindicales los que nos pidieron que esperásemos a tener una mesa única para que también estuviesen representados los que se van a convertir en funcionarios. Ahí nos quedó algo por hacer, pero en el resto somos igual de cariñosos y pensamos que tanto PDI como PAS deben ser lo más felices posibles desarrollando su trabajo en un ambiente saludable.
–Uno de los principales retos de su segundo mandato será el relevo generacional ante las jubilaciones masivas. Una competencia que recaía precisamente en el vicerrectorado de Manuel Ramos.
–Tenemos una hoja de ruta perfectamente marcada para los próximos años. Hay algunas cosas planteadas que todavía hay que negociar con la representación sindical en la mesa de personal, pero vamos bien de velocidad. Llevamos cuatro años de trabajo y ahora lo intensificaremos para coger más velocidad ya que empiezan a incrementarse las jubilaciones. Y planteamos una coexistencia en los departamentos y áreas entre el profesorado nuevo y el que todavía tiene unos años por delante antes de jubilarse para que no se pierda esa continuidad ni ese conocimiento.
–La vicerrectora de Investigación se va a hacer cargo de temporalmente del departamento, ¿seguirá siendo independiente como hasta ahora o se integrará en otro?
–No, no. La capacidad de trabajo increíble de Manolo hizo posible que fuese capaz de llevar adelante un vicerrectorado con tanto trabajo. Belén, en este momento, se hace cargo. Estamos en funciones, por tanto, no vamos a hacer ninguna cuestión relevante, eso comenzará en cuanto tomemos posesión. Y entonces habrá una persona que se ocupe del vicerrectorado de Manolo.
–¿Veremos por fin en los próximos cuatro años algún avance físico en la ETEA?
–Contamos con que la reforma del Faraday se licite a lo largo de 2023. En el Siemens ya nos pondremos a trabajar en cuanto tengamos firmados los documentos. Y espero que se puedan ir moviendo cosas, la más urgente es el Centro de Investigación Mariña (CIM). Vamos a esforzarnos para que dentro de estos cuatro años ya tengamos allí gente trabajando. Si conseguimos el edificio Morse, vamos a poder hacer en la ETEA algo parecido a lo que soñábamos hace muchos años. Su situación es idílica y puede ser un lugar de atracción internacional de talento. El CSIC tiene grandes planes y si conseguimos contemplar el movimiento del CIM y la Facultad de Ciencias del Mar estaré enormemente satisfecho. Será magnífico para la Universidad, los estudiantes y la ciudad.
“Volcamos nuestros esfuerzos en el capital humano en el primer mandato y ahora hay que negociar un plan de financiación infraestructuras”
–En campaña insistió en la importancia de que se pudiese conformar un gobierno tras las elecciones porque había muchas negociaciones pendientes de conocer el resultado. ¿Cuáles va a retomar antes?
–Tenemos encima de la mesa dos importantísimas, el mapa de titulaciones de grado y el plan de financiación de infraestructuras. Volcamos todos nuestros esfuerzos estos cuatro años y, por tanto, los presupuestos, en el capital humano. Y ahora mismo hay una oferta para negociar este plan plurianual y yo siento que tengo muy fácil representar a la UVigo. La legitimidad democrática sería la misma si hubiésemos ganado por un voto, pero al final todo el mundo sabe que tenemos a la comunidad universitaria detrás y que nos apoya.
–Los nuevos títulos que se van a negociar existen en otras comunidades pero no en Galicia.
–Me parece una buena idea. La Xunta propuso este mapa para titulaciones que los gallegos tienen que ir a cursar fuera. Estamos hablando de diez o más títulos de grado y nosotros queremos fortalecer nuestros tres campus. Las tres universidades y la consellería hemos aportado una serie de acuerdos durante los últimos cuatro años y estoy seguro de que conseguiremos alcanzar más en este tema. El objetivo final, mirando a nuestro país, es que el sistema universitario gallego sea más fuerte en su conjunto y, por lo tanto, vamos a ver cuáles son los mejores sitios para poner esas titulaciones. Obviamente, yo tengo que mirar por los tres campus de la UVigo y espero que en 3-4 años tengamos una oferta más completa.
–Podría haber cambios en la Xunta, pero siempre ha manifestado que la relación con la Consellería de Educación, cuyo titular lo felicitaba ayer a través de las redes, ha sido buena.
–No creo que fuera buena, fue excelente. Siempre hablo de nuestro conselleiro porque está siempre ahí, apoyando y haciendo lo posible para que nuestro trabajo sea lo mejor posible. Me llamó por la situación dura que estamos viviendo y para felicitarme por los resultados.
–También ha sido fructífera la relación con Concello, Zona Franca y Diputación, ¿seguirá en este segundo mandato?
–Sí, sin duda. Hay algunas cosas que están a la mitad. Contamos con el apoyo muy decidido tanto del alcalde, que al fin y al cabo fue nuestro primer catedrático y siempre apoya a la UVigo, como del delegado de Zona Franca y la Diputación.
