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Uxío González Pérez | Presidente de la Mancomunidad de Montes de Vigo

“El objetivo es que en 25 años solo haya frondosas y pinos en los montes de Vigo”

La Mancomunidad de Montes de Vigo celebra este sábado los actos por su primer cuarto de siglo de vida

Uxío González, en el parque forestal de Saiáns Alba Villar

Un monte respetado por los ciudadanos, sin eucaliptos ni acacias y poblado de frondosas y pinos. Es el objetivo que se establece la Mancomunidad de Montes de Vigo para los próximos 25 años. La entidad celebra este sábado en el Centro Veciñal e Cultura de Valadares los actos por su primer cuarto de siglo de vida: asamblea, mesa redonda, entrega de reconocimientos y vino. Lo hace ahora a pesar de que la cifra la alcanzó en 2021 porque la situación sanitaria es más favorable. FARO habla con su presidente, Uxío González, para hacer un repaso de estos cinco lustros en funcionamiento y de los proyectos que hay sobre la mesa. La Mancomunidad abriga actualmente a todas las comunidades: Beade, Cabral, Candeán, Castrelos, Comesaña, Coruxo, Lavadores, Matamá, Oia, Saiáns, Teis, Valadares, Zamáns y la Entidade Local Menor de Bembrive.

–¿Quiénes recibirán reconocimientos este sábado?

–Entregaremos distintivos a los expresidentes de la Mancomunidad de Montes de Vigo y a los representantes de las administraciones públicas.

–Para usted, ¿cuáles han sido los mayores logros de la mancomunidad?

–El primero, constituirse, eso fue un logro importante. También el desarrollo del Proxecto Natureza Viva (NAVI - Plan de uso e xestión dos montes da Mancomunidade de Vigo), de 2003 a 2006: consiguió que Xunta, Diputación y Concello colaborasen y fue un trabajo exitoso. Otro paso importantísimo fue la creación del Plan de empleo del Concello en 2012. Nos permitió disponer de 145.000 euros cada año para contratar a una media de 20 personas durante 5 o 6 meses al año y realizar multitud de trabajos: plantaciones, eliminación de invasoras, podas, desbroces... En 2014, se le empieza a dar uso social al monte con caminatas de la mano de Chus Lago, concejala de Medio Ambiente por aquel entonces.

–¿Qué proyectos están en marcha?

–Ante la inacción institucional, hemos empezado a ejecutar el anillo verde y la franja de defensa pasiva con 18 personas contratadas a través del Plan de empleo del gobierno local y 12 que forman parte del taller de la Xunta.

–¿Se puede lograr un equilibrio entre eucaliptos y autóctonas?

–Todo el mundo habla del eucalipto, pero la acacia es mil veces peor: casi no da dinero y tardas en eliminarla siglos. El eucalipto es fácil de eliminar: se corta y punto, y es lo más rentable. Lo que es una barbaridad es que tenga continuidad, que haya zonas llenas de eucalipto. Se trata de planificar con discontinuidades. El objetivo es que, en 25 años, no haya eucaliptos en el monte vigués y esté todo lleno de frondosas y pinos.

–¿Tiene algún otro reto en mente la Mancomunidad?

–Sí. El uso social del monte. Está bien, pero debemos tener en cuenta que genera problemas. La Comunidad de Montes de Valadares tuvo encima de la cabeza la espada Damocles por quedar parapléjico un ciclista que tuvo un accidente. Nosotros no podemos vigilar todas las pistas a diario, estábamos realmente preocupados. Creemos que sí hay que indemnizar a la víctima, pero a través de un seguro público, no las comunidades de montes. Si algo pasa en el monte, salvo que sea negligencia de la comunidad, tiene que responsabilizarse la Xunta de Galicia, ya que es de uso público. El uso social del monte hay que potenciarlo, pero la administración debe compensarnos: dejamos senderos y parques forestales y eso provoca una merma en la venta de madera. No tiene que ser con dinero, puede ser con medios de trabajo o planes y talleres de empleo.

–¿Estamos mejor protegidos del fuego que en 2017, cuando los incendios se llevaron la vida de dos mujeres en Nigrán y un hombre en Vigo?

–Igual o peor. En la parte que corresponde a las comunidades, se encuentra todo regenerado y en orden: las 600 hectáreas afectadas. El problema está en los miles de parcelas privadas abandonadas pegadas a viviendas: de las 200 hectáreas quemadas, solo se actuó en unas 40. Hay más maleza y los árboles secos son combustión pura. La Xunta pasó a los concellos la responsabilidad de la franja de protección de biomasa. La de Vigo está hecha un desastre. Si muere alguien a raíz de un incendio por falta de mantenimiento de la franja, ojo, que puede ir a la cárcel algún alcalde. No podemos permitir que el monte arda, es nuestro pulmón, nuestro oxígeno, nos da vida.

–¿Hay alguna novedad al respecto del anillo verde o la franja de defensa pasiva?

–Hay palabrería, pero no se ha avanzado nada. Se debe aprovechar la llegada de Alfonso Rueda a la Presidencia de la Xunta para que se acabe la confrontación con el Concello, que es necesaria en política en algunos temas, pero no en los importantes: incendios, violencia de género o terrorismo. Debemos ir juntos.

–¿Qué pide a los vigueses en el 25 cumpleaños de la entidad?

–Que vengan a ver lo que hay y ayuden a que las administraciones se involucren. Los parques forestales nunca han tenido tanto éxito.

–Un deseo para este año.

–La reforma laboral obliga a cambiar el Plan de empleo del Concello al decaer los contratos por obra o servicio. Pedimos que se continúe haciendo, pero con contratos de fijos discontinuos: los trabajadores tendrían un salario digno durante nueve meses al año.

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