El martes 19 de abril por la mañana temprano, después de recibir los auxilios espirituales, falleció María Antonia Fernández Lamela. Sufría desde hace tiempo una grave enfermedad, pero nunca la oímos quejarse, y sus consecuencias mermaron en muy escasas ocasiones su disponibilidad. Nadie esperaba este desenlace tan repentino, que para los que te conocíamos ha sido como un mazazo.

María Antonia era fundamentalmente enfermera. Fue primero profesora de Ética y legislación en la Escuela Universitaria de Enfermería del hospital Meixoeiro, adscrita a la Universidad de Vigo, de la que llegó a ser directora. Durante su tarea docente, María Antonia estuvo siempre interesada en temas de ética y deontología profesional, sobre los que publicó libros como “El papel de los Comités de Ética Asistencial en Galicia” (2013), y una quincena de trabajos, cuyos títulos reflejan adecuadamente sus intereses. Así, por ejemplo: “El respeto a la intimidad y el secreto profesional en enfermería”; “El derecho a la intimidad y la historia clínica electrónica”; “Consideraciones éticas en el xenotransplante”; “Promoción y desarrollo de los derechos de los pacientes”; “Preparación bioética de los futuros profesionales de enfermería”; “Valores en el enfermo oncológico”; “La necesidad espiritual en el individuo enfermo”.

Este interés suyo por los temas de índole bioética le llevó a fundar, junto con otros colegas, la Asociación Española de Bioética, de la que llegó a ser vicepresidenta.

María Antonia Fernández Lamela FdV

Fue promotora y primera presidenta de la Asociación Gallega de Bioética (AGABI), fundada el 12 de mayo de 2007 en Santiago de Compostela. Precisamente en esta asociación, su marido, el doctor Ricardo García-Mayor, fue el secretario. María Antonia y Ricardo siempre juntos y apoyándose mutuamente para dotar de contenidos éticos el ejercicio de las profesiones relacionadas con la biomedicina, las ciencias de la salud y las ciencias medioambientales, en el contexto de una concepción integral de la persona humana, teniendo siempre como referencia el bien de las personas concretas, especialmente de los que no pueden decidir por sí mismos.

Mientras cuidaba de su numerosa familia, María Antonia encontró tiempo y energías para licenciarse en Derecho. Su laboriosidad era proverbial, como lo era también su profesionalidad.

Reunida en Vigo el 27 de enero de 2017, la Asamblea de miembros de la Asociación Gallega de Bioética decidió por unanimidad nombrar a María Antonia Presidenta de Honor. De su disponibilidad y dedicación a AGABI habla por sí misma una sola anécdota. Como presidente, envié a María Antonia un correo electrónico el 19 de abril por la mañana en el que le notificaba sobre una actividad. Ella contestó a mi correo en un mensaje fechado ese mismo día y solo tres horas más tarde. Respondió con un escueto “gracias”. Unas horas después ingresaba en urgencias del hospital y fallecía.

Agradecimiento es lo que debe nuestra sociedad a la labor realizada por María Antonia a lo largo de su vida, que no es fácil de resumir, aunque bien podría ser: “se dedicó a los demás con generosidad y constancia”.

Nuestras más calurosas gracias, querida María Antonia, por habernos marcado siempre el camino a recorrer. Que Dios te bendiga y descanses en paz.

* Presidente de la Asociación Galega de Bioética (AGABI)