Decenas de personas se han concentrado este jueves delante de la sede del Servicio de Mediación y Conciliación (SMAC) de Vigo en apoyo a la trabajadora de la empresa Termocalor que fue acosada laboralmente tras quedarse embarazada y ahora despedida.

Así, la CIG convocó una movilización coincidiendo con el acto de conciliación previo al juicio en el que la central sindical reclama la nulidad del despido de la mujer víctima de acoso laboral, que dejó de trabajar en la compañía el pasado mes de marzo cuando su hijo cumplió 12 años, fecha en la cual ya no puede seguir disfrutando de una reducción de jornada y fue despedida.

Según explicó la propia afectada, el acoso comenzó cuando le comunicó a su jefe que estaba embarazada de su primera hija. "Lo primero que me dijo fue: Bueno, tú conoces tus responsabilidades y yo las mías", aseguró la mujer, según recoge la CIG.

Pese a que, según ella, todo empezó con el primer embarazo, se agravaría dos años después cuando decide ser madre por segunda vez y optaron por cambiarle el horario y obligarle a hacer las cinco horas de reducción de jornada de forma partida.

En este sentido, aseguró que desde que se quedó embarazada por primera vez tuvo que aguantar "de todo" por parte de la empresa. Por ejemplo, según relató, cuando volvió de su baja de maternidad la persona que la sustituía se quedó en su puesto y ella fue enviada a un cuarto que antes se utilizaba como almacén "en el que colocaron una mesa, el ordenador más viejo de la empresa y un teléfono portátil que dejaban o quitaban dependiendo de si hacía falta o no". Incluso le llegaron a proponer que dejase la empresa de forma voluntaria.

Así, en 2019 el Tribunal Supremo confirmó la multa impuesta por la Inspección de Trabajo a la empresa en la que trabajaba de 20.000 euros, reconociendo el acoso laboral vivido entre los años 2008 y 2010, pese a que ella asegura que la situación continuó más de diez años "de forma más relajada, aunque no cambió sustancialmente".

Sin embargo, pese a esta resolución, el pasado 10 de marzo recibió la notificación de despido disciplinario con efectos para ese mismo día. Ella niega haber incumplido cualquiera de sus obligaciones contractuales, por lo que la CIG ha denunciado la situación.