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El caso Déborah afronta su recta final

El juzgado acoge hoy una jornada de testificales cuando solo restan cinco días para que esta causa judicial prescriba excepto para el exnovio

Un acto organizado para pedir justicia en el caso Déborah. MARTA G. BREA

Este sábado es 30 de abril. Una fecha que la familia de Déborah Fernández-Cervera tiene marcada a fuego. Ese mismo día de 2002 esta joven viguesa desaparecía. Nada más se supo, pese a las intensas búsquedas emprendidas por Vigo, hasta que diez jornadas después se producía el peor de los desenlaces, al ser hallado el cuerpo desnudo de la víctima en una cuneta de O Rosal, a más de 40 kilómetros de la ciudad olívica.

Pues este 30 de abril se cumplen 20 años desde esa dolorosa desaparición. Y este aniversario tiene una enorme trascendencia, ya que, salvo que haya alguna nueva imputación in extremis, el sábado la causa judicial prescribirá excepto para el exnovio, el único investigado a día de hoy, para el cual, al tener esta condición, se interrumpe dicha caducidad. Con respecto a él sí se podrá seguir indagando, pero una posible vía alternativa de investigación o la hipotética participación de colaboradores o encubridores quedarían en nada si no se logra poner nombres y apellidos a esas personas y dirigir la acción penal contra ellas en estos últimos frenéticos días que restan antes de que se cumplan las dos décadas que pesan sobre este caso aún plagado de interrogantes.

Precisamente hoy por la mañana el Juzgado de Instrucción número 2 de Tui, el que reabrió el procedimiento a finales de 2019 a raíz de la intensa lucha emprendida por la familia de Déborah, tiene prevista una jornada de interrogatorios a testigos. Concretamente se tomará declaración a dos personas del entorno de la fallecida, ambas propuestas por la acusación particular que ejerce la familia de la víctima. A la espera de lo que deparen estos testimonios, estos últimos días antes del sábado también son fundamentales de cara a recibir algunas importantes pruebas de las que se está pendiente, entre ellas varias relativas al ADN o el informe definitivo sobre el disco duro del ordenador de la joven.

Una semana clave

Esta semana será por tanto clave y marcará el rumbo del caso Déborah. La temida prescripción sobre la que tanto alertaron la familia, el equipo de abogados y otros allegados de la víctima está ahí. La jueza, en varios autos emitidos en los últimos meses, recordó que la caducidad es este 30 de abril, que corresponde con el día de la desaparición. “El plazo de prescripción que afecta a esta causa vence el día 30/04/22”, se concreta en una de las últimas resoluciones judiciales dictadas.

El Código Penal es claro en su artículo 131, que expone que los delitos prescriben a los 20 años “cuando la pena máxima señalada” para dicha infracción penal “sea prisión de quince o más años”. Es el supuesto que se aplica en el caso Déborah, en el que se investiga la presunta autoría de un delito de homicidio o asesinato. Este último es el que está castigado con dicha pena. El tiempo empieza a correr desde el día en que se cometió “la infracción punible”. La sospecha es que la muerte de la joven se produjo el mismo día de su desaparición. La caducidad solo se ha interrumpido, por ahora, con respecto al exnovio. La investigación contra él sí podrá seguir a partir del 1 de mayo.

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