No ha sido el primero y, por desgracia, probablemente no será el último. El robo de la estatua de “A familia” en la confluencia de las calles Urzáiz y Vía Norte es el enésimo caso de vandalismo en los iconos del arte urbano de Vigo. Y aunque en esta ocasión se ha podido identificar a los autores de los desperfectos y recuperar las obras, se vuelve a poner sobre la mesa un problema demasiado recurrente. El Concello ya ha anunciado “tolerancia cero” con ellos y los llevará a los tribunales. En estos momentos están valorando los daños en la obra de Manolo Buciños por si tuviera que ser realizada de nuevo.
La estatua de Julio Verne de As Avenidas, al igual que la del Nadador ubicada en la Praza da Estrela; ha sido siempre uno de los blancos más buscados para realizar pintadas infantiles u obscenas. Estos actos, subsanados normalmente en unos días, se repiten también en murales como el dedicado a María do Carme Kruckenberg en la calle Roupeiro. Obra de MM Puhinger ha tenido que ser restaurado hasta en cuatro ocasiones por “firmas” y otras pintadas.
Además de epicentro comercial, la calle Príncipe también cuenta con varios casos de este tipo con la estatua de Manuel Castro como objetivo favorito. La icónica imagen del exvendedor de FARO DE VIGO ha sido amputada en reiteradas ocasiones, dejándole sin el periódico, el dedo o incluso el brazo. Unos metros más hacia abajo, la exposición de fotografías de Javier Teniente “Vigo Sonríe” fue destrozada a puñetazos por un joven de fiesta en 2016. Aunque el caso más esperpéntico se dio en las Navidades de 2013, cuando la Policía Local tuvo que hacer guardia ante los regalos de adorno –y cartón– que eran robados de forma recurrente.
Incluso el Dinoseto ha sufrido varios intentos de ser “cabalgado” por la noche, siendo el más recordado el que en septiembre de 2015 provocó que al joven que reprochó su actitud a los vándalos le partieron el tabique.
Los turistas lusos podrían afrontar penas de cárcel en el futuro juicio
Los testigos fueron clave para que la Policía Local de Vigo localizase a los turistas lusos que la madrugada del sábado al domingo causaron los graves daños al grupo escultórico “A familia” del artista Manolo Buciños. Un viandante mostró a los agentes un vídeo que permite identificar a los autores del estropicio, dos ciudadanos portugueses de 33 y 34 años de edad, J.G.O.C. y M.M.C.F.A.F., que viajaron a Vigo a una despedida de soltero.
Otro testigo dio la pista del edificio de la calle Urzáiz donde los vio entrar: estaban alojados en un piso en el que vivían de alquiler unos amigos y allí fueron arrestados. Los detenidos pasaron el domingo a disposición del Juzgado de Instrucción 4 de Vigo, de guardia. El juez los dejó libres, sin medidas cautelares, atribuyéndoles la presunta autoría de un delito de daños y otro de hurto, ya que se llevaron las voluminosas piezas al piso.
A la obra de arte de Vía Norte con Urzáiz le arrancaron la figura de la madre –solo quedaron las piernas– y las de los dos hijos. Solo quedó la del padre, aunque le faltaba parte del brazo. El juzgado encargará un informe sobre el valor económico de los desperfectos. Inicialmente se les atribuye un delito de daños del artículo 263 del Código Penal, castigado de forma genérica con multa, pero si se concluye que el perjuicio afecta a “bienes de dominio o uso público o comunal”, la pena prevista, junto a sanción económica, es de uno a tres años de cárcel. Cuando los agentes se personaron en el piso al que llevaron parte de la escultura escucharon, al otro lado de la puerta, risas y sonido de arrastre metálico. Los jóvenes se negaron a abrir, pero finalmente pudieron acceder.