Si hay un dato que no requiere de análisis ni doble lectura para su comprensión es, sin duda, la matriculación en Formación Profesional. Su crecimiento exponencial año tras año deja claras realidades como la preferencia del alumnado por una rápida o directa salida al mercado laboral, la posibilidad de prácticas en futuros puestos de trabajo o adaptar el formato educativo a la necesidad de cada estudiante. Y es aquí donde la flexibilidad se ha convertido en la gran baza, otra más, de la FP. Solo basta con ver los datos publicados este miércoles por el Ministerio de Educación: de las 13.756 matrículas tanto en Ciclo Medio como Superior en el curso 20/21, más de 2.000 lo hacen a través de la modalidad a distancia o semipresencial –ya que ofrece al alumnado la posibilidad, es voluntario, de acudir en persona a un 25% de las clases–. Este dato gana todavía más peso cuando se compara con los ejercicios anteriores.
Frente a los 2.000 alumnos de este año en su rama a distancia, en los cursos 18/19 fueron 1.504 las matriculas frente a las 1.455 del 16/17. Una década atrás, en el curso 12/13, fueron solo 579 los alumnos que se decantaron por esta modalidad. Esto implica que el crecimiento de la Formación Profesional a distancia es de casi el 30% en un año.
¿Qué tiene de particular? Realmente solo cambia el continente, ya que el contenido de la formación es igual que la modalidad presencial, la que todavía eligen buena parte de los estudiantes. “El currículo es el mismo, solo cambia el formato de dar la materia. Se mantiene el mismo nivel de conocimientos y de exigencia; no cambia ni es más laxo por ser a distancia. Solo afecta a la manera de enseñar”, explica el director de uno de estos centros de Formación Profesional en Vigo, el CIFP Manuel Antonio, Rubén Otero. En este centro, se imparten los ciclos superiores de Guías, Axencias de viaxes y Dirección de cociña en esta modalidad. “Realmente siempre hemos tenido mucha demanda por este formato, pero con los años fue a más, sin duda”, amplía Otero. Solo en su centro son cerca de 300 los alumnos que se decantan por esta modalidad.
“Ofrece la posibilidad de que el alumno, de forma voluntaria, acuda a un 25% de las clases”
Este modelo telemático de formación está acompañado también por un perfil de alumnado muy concreto. “No tiene nada que ver con el alumnado habitual de FP que busca acceder de forma rápida al mercado laboral. Habitualmente son gente ya con experiencia laboral o que incluso se encuentra trabajando que lo que busca es ampliar sus conocimiento”, precisa Rubén Otero.
“Este formato es muy útil y complementa o actualiza la formación de los trabajadores”
“Permite ampliar conocimientos, actualizarse para poder mejorar en su empleo, porque es cierto que la mayoría ya cuentan con esta experiencia profesional”, narra la directora del CPR Aloya, Estefanía Martínez-Brocal. En su centro, el próximo curso impartirán a distancia el Ciclo Superior en Educación Infantil. “Veíamos que todos los años se quedaba mucha gente fuera, por ello pedimos autorización para ofrecer la modalidad semipresencial. Esperamos que funcione porque la idea es ampliarlo a más”, concreta la directora.
Aunque estos alumnos, en buena parte, ya cuentan con experiencia en el mundo de la empresa, eso no exime la realización de las FCT (formación en centros de trabajo). “Se realizan de igual modo en las empresas, muchas de ellas ya son del sector y resulta más sencillo convalidarlas”, cuenta el director del CIFP Manuel Antonio.
Administración y servicios, las familias con mayor matrícula
Según las estadísticas del ministerio, los ciclos de Grado Medio donde más alumnos se decantan por este formato a distancia o semipresencial son los de las familias de Administración y gestión, seguidos por la rama de Sanidad y Servicios socioculturales.
En el caso del Ciclo Superior, Administración y gestión y Servicios socioculturales se mantienen también en la cima, donde se le suman Informática y comunicaciones, Seguridad y medio ambiente e Imagen y sonido.