Vigo ya presume de una nueva instalación deportiva. El pabellón de Quirós, en Sárdoma, encara la última recta después de tres años y medio de trabajos para abrir sus puertas en septiembre, coincidiendo con el inicio de la nueva temporada. En su ADN, destacan dos rocódromos –uno interior y otro exterior–, luz natural para iluminar vestuarios, gimnasios y aseos, una grada para casi 400 personas con vistas al monte que cobija la zona, el suelo de la pista interior de madera, y la accesibilidad: las personas con movilidad reducida podrán utilizar un ascensor adaptado y los itinerarios están adaptados a este colectivo, que tienen plazas reservadas en el área para espectadores.
Caballero: “Es una instalación excelente, y habrá más”
“Es un pabellón excelente, y todavía habrá más”, avanzó el alcalde, Abel Caballero, que visitó ayer la zona junto con la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, el concejal de Deportes, Manel Fernández, y el concejal de Fomento, Javier Pardo. Los acompañó el arquitecto y personal de la empresa constructora. Concello y Diputación financian la intervención, con un presupuesto de 3,2 millones, a través de un convenio de colaboración que incluye obras como la grada de río de Balaídos o la renovación de las instalaciones de césped sintético en campos de fútbol municipales, así como el nuevo pabellón de Quirós (en suma, 9,2 millones de inversión). Entre los trabajos pendientes de esta instalación deportiva, están la rotulación o la conexión eléctrica. La superficie construida total alcanza casi 2.500 metros cuadrados.
Esta dotación deportiva, organizada en dos plantas, acogerá la práctica de modalidades como baloncesto, fútbol sala, balonmano o escalada, entre otras. Para completar sus funciones, se construyó una pista exterior al lado del edificio para uso ciudadano –con porterías y canastas, ya abierta– independiente del pabellón. Cuenta, además, con un gran rocódromo exterior de gestión desde el pabellón que completará otro de mayor dimensión situado en el interior. Ambos esperan por su homologación. Para su diseño, el Concello contó con el asesoramiento del equipo técnico responsable del rocódromo de los Juegos Olímpicos de Tokio.
El edificio, ya totalmente visible y casi listo para su uso, se ubica en una parcela rodeada por las calles Dona Cristina, Continos y Camiño Quirós –en el entorno de la antigua Carretera Provincial, ahora calle Emilia Pardo Bazán–. El acceso, que se produce por la calle Dona Cristina, cuenta con una pequeña plaza delante del vestíbulo que sirve de punto de encuentro de los usuarios de la instalación y está aderezada con una jardinera. En esta misma calle, se ha habilitado una zona de aparcamiento en superficie con plazas reservadas para ciudadanos con discapacidad.
En el vestíbulo principal, se diferencia el acceso de espectadores y el de usuarios habituales y deportistas. Los primeros irán a la grada a través de un distribuidor en la misma planta, mientras que los segundos pasarán a vestuarios, gimnasio y pista de usos múltiples a través de la escalera y el ascensor. La grada tiene salida directa a una terraza cubierta que servirá de zona de desahogo y elemento de evacuación. Esta terraza finaliza en extremos del edificio con dos escaleras que permiten conectar con la pista y el rocódromo exteriores sin acceder al interior de la edificación.
En la planta superior, con acceso a nivel de calle, se sitúa la grada para público, con 392 asientos, y dos aseos. En planta inferior, se encuentra la pista, un gimnasio, cuatro vestuarios de deportistas, dos vestuarios de árbitros o monitores, un vestuario para personas con discapacidad, dos aseos, almacenes y los cuartos de instalaciones correspondientes a fontanería, calderas, grupo electrógeno y detección y extinción de incendios. Las plantas se pueden recorrer a través de un itinerario accesible. Todos los vestuarios, gimnasios, aseos y el pabellón tienen luz natural. La pista dispone de unas dimensiones de 44 x 24,75 metros y cuenta con un suelo deportivo de madera “de gran calidad con certificados que lo homologan como óptimo para la práctica deportiva”, apuntan fuentes del ente de la Praza do Rei.
El rocódromo interior tiene 16 vías repartidas en una superficie de 230 metros cuadrados y más de 12 planos diferentes. La instalación podrá ser disfrutada tanto por personas que se inician en esta práctica como por expertos, con vías de séptimo y octavo grado. El rocódromo exterior es de fibra de vidro que imita la roca natural. Cuenta con diferentes relieves y desplomes, con capacidad de nueve vías de escalada repartidas en 140 metros cuadrados de superficie escalable. “Su altura de 12 metros supone un gran reclamo para los aficionados y un buen reto para la práctica de escalada deportiva”, anotan desde el Concello.
