La situación de las Cámaras de Comercio está a punto de dar un vuelco en Galicia. La Xunta se encuentra desde hace semanas trabajando en la unificación de las sedes que todavía resisten en la comunidad y que de una forma u otra se mantienen en funcionamiento para crear dos entidades con mayor peso y que se distribuyan entre el norte y el sur. Según pudo confirmar este periódico en fuentes del empresariado gallego, la medida estaría en proceso de elaboración y es la que está provocando la demora en la convocatoria de las elecciones para la renovación de los órganos directivos. La motivación principal para llevarla a cabo se encuentra en la práctica desaparición de la Cámara de Ferrol (en liquidación) y en la situación delicada de las de Lugo y Ourense. Las nuevas sedes, que se repartirían entre Vigo y A Coruña, aglutinarían al resto, aunque las otras cinco grandes ciudades de la comunidad contarían con oficinas permanentes. Está por ver cuál sería el papel de la de Tui, sobre todo por su gran importancia ante la cercanía con el norte Portugal.
La situación de las Cámaras ha ido empeorando, casi como norma general, desde 2010. En diciembre de aquel año, el Gobierno (entonces presidido por José Luis Rodríguez Zapatero) aprobó el Real Decreto-Ley 13/2010 por el que, entre otras medidas, se eliminaba la obligatoriedad para el pago de las cuotas camerales. Aquella decisión supuso la puntilla para aquellas entidades que estaban justas o ya en aprietos y supuso el deterioro paulatino del resto, llevando a algunas de ellas a la desaparición o a reformularse por completo.
Solo cinco años después de que la medida se hiciera efectiva, las Cámaras de Comercio de Pontevedra, Vigo y Vilagarcía de Arousa aprobaron de forma conjunta la fusión de las tres instituciones. Aquella integración supuso la primera que se realizaba en España tras la aprobación de la Ley de Cámaras y otorgaba al nuevo ente una de las demarcaciones territoriales más grandes en la comunidad para este tipo de entidades.
Entre 2010 y hasta 2015 fue el lapso de tiempo que aguantó la de Ferrol, cuya liquidación validó la Xunta –como administración tutelante– en enero de 2016. La Cámara entró en liquidación, un proceso en el que todavía está inmersa ocho años después. Y precisamente poco más de ocho años fue lo que duró la de Ourense, cuyas competencias fueron cedidas a la Cámara de Comercio de Santiago en 2019 después de que sus dos trabajadoras entregasen las llaves de la sede tras meses sin cobrar.
La de Lugo fue la última en caer en desgracia, ya que tras llegar a tener cinco millones de euros de deuda su actividad quedó limitada y reducida a una oficina propiedad de la Confederación de Empresarios de Lugo (CEL), en la que trabaja una sola persona con poco margen de maniobra.
Con este panorama, las supervivientes de la eliminación de las cuotas camerales son las cámaras de Santiago, de Tui, de A Coruña y la que tiene su sede en la ciudad olívica, que son las únicas con las que trabaja la Xunta. El principal escollo para el plan de futuro para estas entidades estaría en la integración de Santiago en la única sede para el norte de Galicia. “Aunque se han dado ya unos primeros acercamientos”, explican las fuentes consultadas, que señalan también la importancia de la entidad cameral de Tui por su proximidad fronteriza con Portugal, con la que existen grandes sinergias a nivel empresarial.
Otro aspecto importante se encuentra en las elecciones. La Cámara de Comercio de Pontevedra, Vigo y Vilagarcía inició en octubre del pasado año el proceso electoral para la renovación de su pleno con la exposición del censo, que estuvo a consulta en sus tres sedes físicas hasta el 13 e noviembre. Sin embargo, prácticamente ya finalizado este primer trimestre del año todavía no hay fecha para los comicios. “Es algo que se está demorando por todo este proceso”, comentan las fuentes empresariales.
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2010Un cambio clave
En diciembre de aquel año se aprobó el Real Decreto-Ley 13/2010 por el que se daba por finalizada la obligatoriedad del pago de las cuotas camerales en las entidades.
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2015La primera fusión
Cinco años después del decreto, las cámaras de Vigo, Pontevedra y Vilagarcía decidieron dar el paso para fusionarse y ganar fuerza. La sede central está en Vigo.
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2019La última en caer
Tras la de Ferrol, la Cámara de Ourense fue la última en caer tras ceder sus competencias a Santiago. Lugo sobrevive todavía ahogada por las deudas y a través de la Confederación de Empresarios.
