“Era un caramelo”, reconoce una vecina del área de Vigo que hace dos años encontró en una página de internet el anuncio de un BMW de segunda mano que se vendía por 2.200 euros. “Me gustaba ese coche”, cuenta. Así que tras contactar telefónicamente con el vendedor, un joven madrileño, le transfirió 650 euros de adelanto. “Yo y mi marido queríamos ir a Madrid a buscar el vehículo, pero era 2020, cuando estalló el coronavirus, y él nos dijo que por el COVID mejor no, que nos lo hacía llegar; y encontró la excusa perfecta”, se lamenta esta mujer. Tras dar la señal no volvió a saber nada del vendedor: se quedó sin el dinero y sin el coche.

Su pronta denuncia derivó en el arresto del estafador, que ya había cometido dos fraudes más idénticos. Con antecedentes por robo y otros delitos, ayer, desde la prisión de Alcalá-Meco donde está ingresado, aceptó una condena de un año y tres meses de cárcel por estas estafas en internet.