La vida en Vigo será un poco más amarga a partir de esta semana. Tras 54 años de trabajo en el centro de Vigo, la histórica pastelería Montserrat apaga sus hornos para siempre. Así lo han comunicado desde el propio establecimiento a través de sus redes sociales para la desilusión de muchos de los vecinos que habían probado alguna de sus delicias.

"No habrá más pascuas en Montserrat. Es una decisión meditada y triste, consecuencia de una realidad más incierta y más dura. Porque nos duele, y mucho, dejar de formar parte de la historia del pequeño negocio de esta ciudad", reza la última publicación de Instagram de la pastelería ubicada en la zona del Progreso, en la calle Doutor Cadaval.

Un anuncio que no tardó en reflejarse en muestras de cariño por parte de todos los que alguna vez le hicieron un regalo a su paladar en la pastelería:

  • "Cruasanes deliciosos, las tejas de muerte, hojaldre y cocas divinas; gracias por tantos años deliciosos".
  • "No sabéis como lo sentimos, esas brownie cookies, la coca de escalibada, la de tomate y queso, la crema de calabacín, los panellets, el té caliente para llevar… pero lo que más, la amabilidad en el trato y el cariño que se respiraba al traspasar vuestra puerta".
  • "Echaré de menos vuestras Florentinas y vuestro escaparate repleto de cosas ricas".
  •  "Siempre os llevaremos en el corazón y un poquito en las lorzas".
  • "¿Qué vamos a hacer sin vuestras palmeras, sin vuestras empanadas? Y lo que es peor, ¿qué haremos sin vuestros polvorones en Navidad? 
  • "Formades parte da identidade e do patrimonio de Vigo. Todo un exemplo de profesionalidade, exquistez e calidade"

Los responsables de la Montserrat han querido aprovechar el anuncio de su cierre para dar las gracias a su clientela por la confianza: "Siempre habéis sido nuestra razón de ser. Deseamos haberos endulzado la vida como vosotros habéis enriquecido la nuestra. ¡Ojalá pudiésemos estar otros 50 años con vosotros!".

Con la bajada de la persiana, se pone fin a 54 años de historia de un negocio familiar que arrancó en 1968 de la mano de Rogelio Sobrino y Dolores Baeza y que ha grabado en la memoria del vecindario imborrables recuerdos como su castillo gigante de chocolate que daba el pistoletazo de salida a la Pascua. Con el paso del tiempo, la pastelería artesana se fue adaptando e incluso llegó a abrir un servicio de catering.

"¡Qué rico estaba todo en la Montserrat!", como decía su lema