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Clases (casi) vacías en Infantil en el rural y bajo mínimos en el centro

Alumnos unen sus voces contra la guerra en Ucrania. Una veintena de alumnos del Eleven School, en Matamá, tomaron ayer las calle Príncipe para reivindicar el fin de la guerra de Ucrania. Con parcartas que ellos mismos crearon, pudieron así su grano de arena para que el conflicto armado llegase a su término. “Los niños se han mostrado muy involucrados con la situación en Ucrania y no han dudado en salir a la calle, incluso hicieron una recogida de dinero para donar al país”, cuenta Sol, una de las profesoras que los acompañaba. MARTA G. BREA

La baja natalidad y la alargada sombra de la pandemia son los principales ingredientes del cóctel que está dejando sin alumnos de Infantil a los colegios, tanto públicos como concertados, de la ciudad viguesa. Este pasado martes se cerró el proceso de admisión para los niños y niñas que entran por primera vez en el sistema educativo, esto es, 4º de Educación Infantil, y el balance no es nada halagüeño. La práctica totalidad de los centros no llenaron sus vacantes para el próximo curso, marcando una clara diferencia entre los colegios del rural y los del centro de la urbe.

Colegios del rural

Así, los CEIP de Cabral, Beade o Bembrive no llegan a la decena de alumnos en este primer curso de Infantil mientras que los de Traviesas, Coia o Navia lograron cubrir la mitad de la oferta o incluso desdoblar clases para poder conservar sus líneas de 4º de Infantil. Ejemplos de esta situación son el CEIP Coutada-Beade, con 10 solicitudes para sus 25 plazas, el CEIP Chans-Bembrive, con 17 solicitudes o el CEIP O Sello, con un único alumno. “Realmente estamos muy preocupados por la situación, porque esto no es cosa de un año, afectará también a las siguientes promociones y al final terminaremos perdiendo líneas sino se invierte en los centros públicos”, explica la directora del CEIP Carballal-Cabral, que perdió en el último año 8 alumnos.

Desventajas

“Los padres tienen ahora muchas opciones para elegir. Tenemos una desventaja por ejemplo con respecto a los concertados en que en ellos el alumno puede cursar todas sus etapas educativas en el mismo centro”, explica la directora de O Sello. “En nuestro caso, no contar con transporte escolar cuando otros colegios de la zona sí lo tienen nos está lastrando”, cuenta el director del Chans-Bembrive.

Sin baremos

En el caso del CEIP Otero Pedrayo, ubicado a escasos metros del hospital de Beade, lograron recibir 15 alumnos para sus 25 plazas ofertadas. “Nosotros pudimos mantenernos porque cogemos tanto del rural como del centro pero la situación está muy floja. Encontrar un colegio que tenga que baremar es prácticamente imposible”, explica su director.

Jornadas de puertas abiertas

Y está en lo cierto, porque los números de solicitudes aumentan a medida que nos acercamos al centro aunque lejos de lograr el 100% de su oferta. Por ejemplo, en el barrio de Coia, el CEIP Virxe do Rocío aumentó ligeramente el número de alumnos en 4º de Infantil con respecto al año pasado si bien deja 10 plazas vacías. “Apostamos por las jornadas de puertas abiertas para las familias y aún así solo logramos sobre 15 alumnos. Es muy complicado captar alumnos, pero seguiremos con la filosofía de centro abierto y familiar”, defiende su directora.

Desdobles de aulas

Lograr mantener activas sus dos aulas o líneas de este primer curso de Infantil es el objetivo que se marcan tanto en el CEIP Balaídos como el CEIP Canicouva. “Tenemos dos líneas para un total de 50 alumnos y estamos en 30, así que desdoblaremos, 15 y 15 para cada una. Viendo los datos conseguir desdoblar ya es una victoria”, cuenta la directora de esta última. En el caso del primero, confían en septiembre para alcanzar los 25 alumnos. “Estamos en 23 y siempre llega alguno más, confiamos mantener las dos líneas”, destacan.

Casi completos

Donde tampoco tendrán que baremar pero prácticamente lograr cubrir todas sus vacantes son en el CEIP Pintor Laxeiro. “Ni este año ni el anterior tuvimos sobredemanda pero logramos que cada una de las dos clases de Infantil tengan 20 alumnos, que en vista de los datos generales, es muy buen balance”, explican. Ni siquiera el barrio más joven de Vigo escapa de esta sangría. El CEIP Alfonso R. Castelao recibió 35 solicitudes para su 44 plazas. “No nos libramos ni en Navia”, bromean desde el centro.

Sin vacantes

Frente a esta tónica casi general, están el CEIP García Barbón, con sus 50 plazas completas, o el EEI Monte da Guía, uno de los pocos que tendrá que baremar al hacerse con 26 solicitudes.

Concertados

En cuanto a los centros concertados, también hay muestras de “preocupación” por la baja natalidad aunque los datos de admisión acompañan. “Tenemos a 36 niños para Infantil de las 50 ofertadas. Todavía hay tirón y vamos a agarrarnos al desdoble de líneas”, explica el director del Colegio Labor.

Acostumbrados a baremar estaban en el Colegio Alba, que ahora confían en poder desdoblar. “Trasladé mi preocupación a Inspección Educativa porque o se reduzcan las ratios por aula o perderemos la segunda línea. Hay que pensar un plan B”, explica su director.

Reducir las ratios

Pese a los malos datos, algunos centros han querido ver la parte positiva, o mejor dicho, aprovechar la coyuntura para la toma de decisiones que mejoren la calidad educativa. Y esto pasa por un descenso de las ratios para las aulas de Infantil. Actualmente, el sistema educativo gallego fija un número de alumnos por aula según etapa: 25 en Infantil y Primaria, 30 en la ESO y 33 en Bachillerato. “Creo que sería un buen momento para reducir este índice, mejoraría la calidad de las clases y la atención”, destaca la directora del CEIP Altamar. Misma opinión manejan desde el CEIP Emilia Pardo Bazán, con 23 solicitudes. “El objetivo es que no se pierda una de las aulas”, admiten desde el colegio.

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