El cáncer de hígado es el sexto más común en todo el mundo y el tercero en porcentaje de mortalidad. En el hospital Álvaro Cunqueiro se diagnostican anualmente cincuenta tumores de este tipo, que además en su mayoría llevan asociadas enfermedades hepáticas previas. El área sanitaria de Vigo es una auténtica referencia a la hora de tratar estos procesos oncológicos. Concretamente, en lo que se conoce como radioembolización, una técnica de radiología intervencionista muy bien tolerada en el paciente por su reducido nivel invasivo: no tiene efectos secundarios, se administra la sustancia radiactiva mediante cateterismo y todo mediante anestesia local.
“Es un procedimiento destinado a personas con ciertos requisitos médicos que tienen un tumor de hígado, también con metástasis, que no pueden ser operados (por ejemplo, porque tienen cirrosis). La viabilidad de la radioembolización depende fundamentalmente de la localización y del tamaño de la lesión, y el objetivo es eliminar la mayor parte del tumor posible y retrasar el avance de la enfermedad”, explica Moisés Casal, doctor al frente de la unidad de radiología intervencionista del Álvaro Cunqueiro.
Casal, junto a los doctores Ignacio Martín-Granizo y Sergio Estévez fueron los protagonistas ayer de la parada que hizo en Vigo la semana de las enfermedades hepáticas, con un coloquio sobre los retos en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de hígado. En su intervención ensalzaron el procedimiento de radiología intervencionista para los tumores de hígado, un tratamiento en el que el Cunqueiro es referencia en el sur de Galicia, recibiendo a pacientes de otras áreas sanitarias como Pontevedra y Ourense. Lo llevan a cabo los equipos de Medicina Nuclear, Radiofísica y Radiología Intervencionista, que forman un equipo multidisciplinar junto al servicio de Digestivo a la hora de determinar el tratamiento más adecuado para un enfermo con tumor hepático. “Otro de los objetivos de la radioembolización es evitar que las lesiones crezcan en pacientes que están esperando un trasplante de hígado para que no salga de la lista de espera”, explica Ignacio Martín-Granizo, del servicio de Digestivo del Cunqueiro.
Este facultativo apunta que la pandemia también ha marcado a los pacientes con enfermedades hepáticas. Relata que tras los momentos más complicados provocados por el COVID, están llegando al hospital personas que tienen cáncer de hígado en fases demasiado avanzadas e incurables debido a que no habían sido diagnosticados a tiempo porque no se les hizo una ecografía o por falta de seguimiento. “No solo eso, también vemos que llegan un importante número de pacientes obesos o diabéticos debido a que desde la pandemia no llevan hábitos saludables, y la obesidad es un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad hepática metabólica”, explica el doctor Granizo. Esta última patología hepática a la que hace referencia es una de las más prevalentes y está considerada en Europa y Estados Unidos como “la enfermedad del siglo XXI”, ya que se estima que alrededor de 25 de cada cien adultos en España la padecen y la gran mayoría de ellos la desconoce.
Los expertos inciden además en la importancia de sensibilizar en cuanto al consumo de alcohol, uno de los grandes factores de riesgo de las enfermedades del hígado, y de la eliminación de la hepatitis C, que puede derivar en cáncer de hígado y otras patologías si no se trata correctamente y con la mayor brevedad. Por eso, apuntan, es necesario abordar la prevención, el tratamiento y el seguimiento de los pacientes de la manera más eficiente y con la mayor calidad para alcanzar el objetivo de eliminación de la hepatitis C marcado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).