El personaje de Carlos Latre (Castellón de la Plana, 1979) se enmarca dentro del humor blanco. Gracias a haber sabido sortear las filias y fobias políticas, cumple 25 años de carrera en grandes espacios televisivos. Llega este fin de semana con una doble fecha al Auditorio Mar de Vigo.
–Una de las claves de sus espectáculos son las imitaciones a personajes públicos. Con la espectacularización de la política que vivimos, se lo ponen bastante fácil, ¿no?
–Yo digo que el guion viene prácticamente hecho (ríe). Mira todo lo que ha pasado en el Partido Popular, no tengo que hacer nada a mayores. Ahora la serie que le van a hacer a Pedro Sánchez o el propio Abel Caballero, que es un personaje que nos da mucho juego.
–A pesar de imitar a personajes que generan simpatía y desafección a partes iguales, no recuerdo ninguna polémica grave con su humor. Entiendo que trata de evitarlo.
–Claro. Yo soy más bien blanco en el sentido del humor. Creo que con una imitación se puede hacer mucho daño, pero como yo lo entiendo, no es necesario. Creo que gracias a eso llevo 25 años en televisión.
–Con ese enfoque, sigue en “prime time” a pesar de cierta polarización social.
–Es que yo creo que sigue habiendo un gran público que no necesita mojarse. Que solo quiere venir a disfrutar de un espectáculo en el que va a ver todos los colores y todos los personajes.
–¿Cómo es ese proceso desde que decides que quieres imitar a alguien?
–Tengo que tener una memoria auditiva, visual y gestual primero, que me permita tener situado al personaje: sus cadencias, su color, sus inflexiones, sus gestos... Cuando ya lo tengo muy memorizado empiezo a trabajar en cómo interpretarlo yo.
–Contaba usted en una entrevista que su foniatra se soprendía por los cambios de su garganta durante las imitaciones y que estaba estudiando ese efecto a nivel neurológico.
–Hemos hecho un primer estudio neurológico con la Universidad de Málaga. Pero, a priori, hemos visto que existe una bilateralidad neuronal. Eso implica que durante las imitaciones uso las dos partes del cerebro que es algo extraño. La finalidad de esto es desarrollar técnicas que ayuden a personas con afasia después de un ictus, a personas sordomudas o incluso con autismo.
–¿Cuál ha sido el personaje que más le ha costado parodiar?
–Ayuso me costó muchísimo. Sangre, sudor y lágrimas. Nuestras voces son muy diferentes y algunos gestos eran complicados. Conviene saber lo que cada una de las personas desprende.
–¿Quién le queda por imitar?
–Sin duda, el próximo será Feijóo.
–Pues le va a resultar complejo. Hasta ahora no ha dado mucho juego para ello.
–Totalmente. Pero ahora que llega a Madrid va a tener que generar un perfil más propio. Muy parecido a lo que le pasó a Rajoy o a Zapatero.
