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El bloqueo de O Berbés por la huelga del transporte dispara el precio del pescado

La lonja y el mercado siguen abiertos pero se desploma el número de compradores por la carestía del producto | Los camiones rumbo a Merca Madrid y Merca Barna, paralizados

Vigueses comprobando la escasez de algunas especies en los puestos de pescado del mercado de O Calvario, ayer. / ALBA VILLAR

No es un día cualquiera en los mercados de abastos vigueses. Los vendedores miran con incertidumbre y cierto “miedo” a sus vecinos de A Coruña, que hoy amanecían con sus negocios cerrados. La huelga del transporte –por la escalada del precio del combustible–, que hoy secunda su cuarto día, ya empieza a notarse en el Puerto de Vigo. Los paros han empezado a afectar a los transportes con rumbo a los grandes mercados centrales, como Merca Madrid o Merca Barna. El transporte hacia pescaderías, mercados locales o supermercados sigue funcionando y aunque la Lonja y el Mercado continúan abiertos y sigue habiendo subastas, la pasada madrugada hubo menos compradores de los habituales, según confirman fuentes portuarias. El problema a día de hoy está en el desabastecimiento de algunos pescados y en el encarecimiento del género que sí está llegando a las plazas, en su gran mayoría, procedente del Gran Sol. Un salvavidas, que de momento, está permitiendo que el pescado llegue a los hogares olívicos. Eso sí, determinadas especies han incrementado su precio de un 20% a un 30%. Es el caso de la merluza o el salmón.

El menudo, por las nubes

El pescado menudo, como el jurel mediano, lirio o xouba es el más difícil de encontrar. Por ejemplo, ayer en el mercado, el jurel mediano rondaba los 10 euros el kilo. “En la lonja había muy poco y estaba muy caro”, insistían los placeros. Sin embargo, los vendedores quieren hacer un llamamiento a la calma y trasmitir una cierta garantía de abastecimiento ya que “pescado siempre va a haber, un poco más caro, puede, y no habrá de todo, pero habrá”.

El mercado de O Calvario, ayer. ALBA VILLAR

El paro del transporte viene acompañado con la confirmación de amarre de la flota en los próximos días, que puede complicar aún más una situación que amenaza con abandonar a su suerte a todos los eslabones de la cadena: desde los marineros a los placeros. Tanto las grandes armadoras como los pequeños autónomos que llenan mercados, lonjas y rutas comerciales están al borde del colapso. Es por ello que, el presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, Jesús Vázquez Almuiña, trasladó ayer al delegado del Gobierno, José Manuel Miñones, su preocupación por la situación actual del transporte de mercancías en el Puerto, sobre todo en el caso concreto del Puerto Pesquero, y ha solicitado al máximo representante del Gobierno central en Galicia que se tomen las medidas oportunas.

“El alto coste del combustible, además de afectar a los transportistas, está afectando también a la flota pesquera, que podría verse obligada a paralizar su actividad en los próximos días, lo que conllevaría al desabastecimiento de un producto muy importante en la cadena alimentaria y que supone el sustento de tantas familias”, subrayó Vázquez Almuiña. 

Vigueses en los puestos de pescado del mercado de O Calvario, ayer. ALBA VILLAR

El salvavidas del Gran Sol: “Y gracias, porque del resto, hay poco y caro”

Aunque las caras son largas, y la energía anímica no es la de una jornada habitual en el mercado de O Calvario, los placeros prefieren mantenerse optimistas ante una situación que requerirá un esfuerzo mayúsculo. “No gano nada desanimándome”, dice Cloti, de la pescadería Sabor a mar. Perciben el miedo de algunos clientes que se están adelantando a hacer acopio del pescado que suelen comprar para poder congelar “por si se encarece o directamente no hay”. Los puestos todavía conservan el aspecto de antaño con especies de altura como rape, palometa o rapante. Pero ya empiezan a notarse espacios vacíos en los grandes mesados de acero. “No me quejo, de los cuatro puestos que tengo, por lo menos llené dos. Y gracias al Gran Sol, porque del resto llega muy poco y muy caro”, agregan desde Pescados Manuela.

Las vendedoras describen una situación atípica en la lonja de O Berbés, con mucha menos actividad, sobre todo terrestre. “Los camiones de Ribeira, Rianxo y otras localidades no vienen. De Gran Sol sigue habiendo, pero en la subasta, donde antes había diez filas, ayer había cuatro”, destaca. La escalada de precios en la alimentación está suponiendo para muchos vigueses un auténtico encaje de bolillos a la hora de elegir qué compran y qué no. “Vas al supermercado y aquello que compraste a un precio hace dos días hoy está 20 céntimos más caro, vas al mercado a comprar un pescado que te apetece y no lo hay, y el que hay está más caro que la semana pasada. La luz, sin comentarios, el pan, ídem. Cada día vamos a tener que comer lo que decidan poner de oferta”, comentaban dos clientas en la fila de la pescadería.

Precisamente, es la desconfianza la que empieza a hacer mella entre los vigueses que no entienden como los precios bajan y suben al antojo del “mayorista de turno”. “El mismo producto tiene un precio en una firma de alimentación y en otra un euro más”, concluyen. 

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