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La doctora venezolana que ahora receta pan en Coia

Carmen Gómez, que estudió Medicina en Caracas, ha abierto un obrador en la ciudad donde elabora productos sin levadura

Carmen Gómez, sacando del horno alguna de las hogazas de pan elaboradas en su obrador. Marta G. Brea

Hay historias de reinvención profesional que merecen ser contadas. Y la de la venezolana Carmen Gómez es una de ellas. En su caso las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida a nivel laboral han estado marcadas profundamente por las circunstancias familiares. Cuando tenía doce años su hermana tuvo un bebé prematuro que nació con problemas de salud y el doctor que la atendió les anunció que no sobreviviría, pero el médico no acertó con su predicción y el pequeño logró salir adelante. Fue ahí cuando Carmen decidió estudiar Medicina. “Con ese episodio me di cuenta que quería ayudar a las personas”, recuerda. En 2013 finalizó la carrera, comenzó a ejercer como facultativa e iba a hacer un posgrado en Hematología. Pero en esa época precisamente su padre falleció debido a una leucemia, enfermedad precisamente relacionada con la especialidad que iba a cursar, lo que precisamente la hizo alejarse de esos estudios por el golpe que supuso la pérdida de su padre.

“Por aquel entonces la calidad del pan en Venezuela era muy mala, y empecé a hacer cursos de panadería, porque quería que mi familia comiera un pan bueno”, recuerda Carmen Gómez. Continuó por este camino e incluso daba ya clases como profesora. Buscando un mejor futuro que el que su país por aquel entonces le podía dar, buscaron información y se dieron cuenta que Galicia era referente en cuanto a la elaboración de pan. Ella y su marido, Juan Casals, cogieron la maleta y cruzaron el charco, y por las dificultades para convalidar sus estudios que se encontraron al llegar, empezaron a encadenar trabajos de todo tipo.

Finalmente consiguieron hacer los cursos correspondientes y cumplir uno de sus sueños, gracias también a otros compañeros de profesión y a la asociación Érguete, que les acompañó durante todo el proceso. Y no es otro que abrir un obrador de pan. Lo hicieron el pasado diciembre en la calle Ramón Buch, en el barrio de Coia, al que han llamado de forma tan acertada Doctora Pan, haciendo referencia a las dos profesiones que Carmen ha ejercido a lo largo de su vida. “Hacemos pan de masa madre cien por cien, sin levaduras, con harinas molidas a la piedra, y también ofrecemos panes venezolanos que están teniendo buena acogida. El pan es una inversión en salud, y no hay nada mejor que el pan de masa madre, que además puede durar varios días”, asegura Carmen Gómez.

Esta nueva panadería está teniendo una buena acogida en el barrio, pero “todavía no la que quisiéramos”, explica esta venezolana de 38 años nacida en el estado de Falcón. Pero asegura que muchos de los que acuden a comprar alguna de sus elaboraciones, repiten. Porque no solo ofrecen ese pan de gran calidad, sino también “una de las mejores bicas que se pueden probar en la ciudad”. Uno de los atractivos es que se puede ver cómo elaboran los pasteles y el pan en el obrador desde la calle.

Carmen Gómez anima además precisamente al consumo en el comercio local y defiende las bondades del oficio. “Hay que captar a gente joven, ser panadero es algo muy bonito. Pero tiene el estigma de que hay que madrugar mucho y trabajar de noche, y eso echa para atrás a las nuevas generaciones”, asegura.

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