Casi un año después de que el Concello iniciara el desmantelamiento de la grada de Marcador, su inquilina más famosa por fin la ha abandonado. La butaca 195 de la fila 1 de la vieja bancada aguantó durante meses mientras los operarios del club y la constructora retiraban a todas sus compañeras.

Una resistencia que se hizo más visible con el derribo del resto de sectores que comenzó en el mes de agosto y le dejó como espectador de lujo del estadio.

La Excalibur de Balaídos Marta G. Brea

Las instalaciones eléctricas que se encontraban debajo de ella hasta esta misma semana prolongaron una leyenda que incluso creó una cuenta en Twitter con su nombre.

El pasado mes de diciembre y con la instalación de las primeras grúas que levantarían la nueva grada FARO DE VIGO daba a conocer la curiosa historia que estaba detrás de ella.

¿Un homenaje a alguien en particular? ¿Una broma interna? ¿Estábamos, acaso, ante la Excálibur celeste?

En la mañana del jueves 10 de marzo y horas antes de que la piqueta de Demoliciones Coruña comenzara a desgajar las dos bañeras que quedaban como voladizo, los operarios acudían a su rescate. Manolo Gondar y Eladio Pérez fueron los encargados de extraerla, aunque para ello no hicieran falta superpoderes propios del rey Arturo.

Tan solo tuvieron que aflojar una rosca que en las anteriores ocasiones se había resistido y que, en el caso de sus compañeras, había obligado a destrozarlas.

12

La Excalibur de Balaídos Marta G. Brea

Afortunadamente, esta vez el parto fue sencillo y la pieza histórica -la última butaca de la grada más popular para el celtismo- luce intacta y fuera de peligro.

El paso de los años no solamente deterioró el tornillo que la unía al hormigón, ya que la etiqueta que mostraba su número también fue borrado. Solamente la pintura roja que había sobre el lateral de la grada permitía adivinar qué número era.

La butaca, ya fuera de su hogar Marta G. Brea

Por el momento no se ha decidido el futuro de esta ilustre pieza de plástico, que permanece a buen recaudo dentro de las instalaciones de la obra conscientes de su valor.

Desde a una subasta a la colección de algún museo, también se ha barajado su instalación en el nuevo graderío para unirlo de forma simbólica al anterior. Mientras, aguarda por su nueva vida a salvo de la piqueta.