La crisis sanitaria provocada por el coronavirus frenó la racha de crecimiento que llevaba la esperanza de vida en Vigo desde el año 2002. Si bien es cierto que hubo un pequeño descenso en torno al año 2015 generalizado en España, la caída registrada por la Consellería de Sanidade es la más acusada de los últimos veinte años. Tanto en Vigo como en el conjunto de Galicia. Los datos los hace públicos el Instituto Galego de Estatística y, como es habitual, las mujeres viguesas tienen una esperanza de vida de hasta seis años de diferencia si se compara con la de los hombres. Donde ellos viven 80 años, ellas superan los 86.
Hace dos décadas, un hombre que nacía en Vigo tenía una esperanza de vida de algo más de 76 años y una mujer de poco más de 83. Si se pone atención a los datos de las siete ciudades gallegas, Vigo se queda en el segundo lugar, superada solamente por Santiago de Compostela, cuya media general es, a día de hoy, unas décimas por encima de la viguesa. Por otra parte, las ciudades de Ferrol, Lugo y Pontevedra registran los peores datos entre las ciudades. Esos tres municipios no consiguen superar los 83 años de esperanza media entre sexos, aunque los tres habían superado los 84 años en el año previo al estallido de la pandemia.
En una comparación global de los datos de A Coruña, Vigo, Lugo, Pontevedra, Ourense, Ferrol y Santiago de Compostela, se puede apreciar cómo al cierre del año 2019, todas las grandes urbes gallegas habían superado la barrera de los 87 años de esperanza de vida para las mujeres. Unas cifras medias que jamás se habían logrado.
Los datos en la provincia
Aunque los datos por provincias gallegas están cercanos entre sí, Pontevedra destaca sobre el resto, superando los 83 años y medio de esperanza en ambos géneros y los 86 para las mujeres. Al igual que acontece en las grandes ciudades y en el conjunto de Galicia, la provincia de Pontevedra alcanzó su máximo histórico en el año 2019, cuando por apenas unas décimas casi llega a los 84 años para ambos sexos.
Para el conjunto de Galicia, entre 2018 y 2019 la esperanza de vida al nacimiento se incrementó 0,43 años, pasando de 83,15 en 2018 a 83,58 años en 2019. Entre 2019 y 2020 se produce una merma de la esperanza de vida coincidiendo con la crisis sanitaria: según los datos provisionales, en 2020 su valor fue de 83,41 años (0,17 años menos que en 2019). Por sexos, es mayor también la esperanza de vida al nacimiento de las mujeres.
De los datos que ha publicado la Consellería de Sanidade también se extrae la esperanza de vida de las personas que en este momento cumplen los 65. Para ellos, la media se sitúa en casi 22 años más de vida. Cerca de los 24 para las mujeres y algo menos de 20 para los hombres. En este caso, la pandemia también ha afectado negativamente, reduciendo en torno a medio año para ambos géneros.
Esperanza de vida a los 80
En la misma línea que para los sexagenarios, Sanidade ha facilitado tablas para las personas que en 2020 cumplieron los 80 años años en territorio gallego. Para ellos, la eperanza de vida está en torno a los diez años. Algo más de once para las mujeres y un poco menos de diez para los hombres. De hecho, en la ciudad de Vigo, el Concello tiene un registro de en torno a 200 personas que tienen más de cien años.
Las tablas de mortalidad facilitadas por el IGE están formadas por un conjunto de funciones biométricas aplicadas a una generación ficticia de individuos. Estas son sometidas a un patrón de mortalidad similar al observado en la población de estudio durante el período de referencia. Entre las funciones que recoge una tabla de mortalidad están las probabilidades de muerte y supervivencia la cada edad y, la más conocida de estas funciones, la esperanza de vida, viene a representar el número medio de años que le restarían por vivir a un individuo de mantenerse las condiciones de mortalidad existentes en el período de referencia.
