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“Cuando tuve que explicarle a mi hijo que tenía cáncer, preferí ser sincera”

En el 2021 se registaron 25 nuevos diagnósticos

Dori Riveiro junto a su hijo Iván, el pasado domingo en el Cunqueiro, antes de ingresar para un nuevo ciclo del tratamiento.

Reconoce que para ella fue uno de los momentos más difíciles, pero en su día consideró que era lo más oportuno. Frente a la posibilidad de disfrazarle aquella realidad tan triste que le había tocado vivir, optó por ser “clara” y desde el principio le habló sobre la enfermedad y sus posibles consecuencias, pese a su crudeza. Dori Riveiro cuenta que el inicio del tratamiento quimioterápico fue muy complicado para su hijo de nueve años, y es que el pequeño Iván no quería saber nada de los médicos, no quería tomar ningún medicamento ni tampoco se dejaba pinchar. Así que se sentó con él y le explicó que si no tomaba aquellas “medicinas”, “la bolita de sangre que tenía en la pierna no iba a desaparecer y podrían llegar a tener que cortársela”. Y fue así, a pequeños sorbos, cómo Iván empezó a tomar su medicación y a ser consciente de lo que le pasaba.

En la jornada de ayer se conmemoró el Día Mundial contra el Cáncer Infantil, una realidad con la que Dori Riveiro y su hijo conviven desde el pasado 11 de septiembre de 2021, cuando le diagnosticaron un linfoma linfoblástico de células T, identificado y tratado como un tipo de leucemia. Las alarmas saltaron porque el pequeño Iván presentaba una irritación en la faringe, acompañada de un ronquido, que no daba desaparecido y, tras insistir varias veces en Urgencias, acabó desplazándose hasta el Hospital Álvaro Cunqueiro, en donde le hicieron unas pruebas que revelaron el diagnóstico de una patología oncológica.

Sinceramente, pensé que se me moría allí mismo

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Dori Riveiro comenta que “descubrieron que tenía un tumor en la parte del tórax y que le ocupaba prácticamente todo el pecho. Lo tuvieron que sedar y pasó entubado tres semanas porque ya casi no era capaz de respirar por sí mismo. Sinceramente, pensé que se me moría allí mismo. Sin embargo, empezó a recuperarse, le dieron un tratamiento con el que el tumor se desinflamó y lo pudieron extubar antes de lo previsto, aunque luego tuvimos otras complicaciones al haberse generado una trombosis en una pierna”.

Llegado el mes de octubre Iván empezó con el tratamiento quimioterápico y, el pasado domingo, el pequeño volvió a ingresar en el Cunqueiro para recibir un nuevo ciclo con el que tiene que permanecer en observación unos días. Su madre indica que “él es perfectamente consciente de lo que le pasa, porque cuando tuve que explicarle que tenía cáncer, preferí ser sincera. Lo llevé fatal, porque no deja de ser un niño, pero gracias a ello lo supo aceptar”.

El cáncer tuvo un fuerte impacto en sus vidas, puesto que Riveiro tuvo que rechazar varias ofertas de empleo para poder centrarse en el cuidado de su pequeño, por lo que asegura que el apoyo de la Asociación Española Contra el Cáncer fue para ella “un pilar básico”. Tras cinco meses de la llegada del diagnóstico y meses de hospitalización, Dori dice que hoy van “pasito a pasito”, que Iván evoluciona bien y que los médicos les dan esperanzas.

Bicos de Papel y Paiasos Galiclown visitaron ayer el hospital para llevarles regalos a los pequeños de la unidad.

El Álvaro Cunqueiro atiende a 150 menores con patología oncológica

La unidad de Oncología pediátrica del Hospital Álvaro Cunqueiro atiende en la actualidad a 150 menores del área sanitaria de Vigo, de los cuales 20, al igual que el pequeño Iván, permanecen en tratamiento quimioterápico activo, mientras que el resto se encuentra en fase de seguimiento en consulta. Otros datos destacables son que en el 2021 fueron efectuados 25 nuevos diagnósticos, la misma cifra que el pasado 2020, y en el Hospital de Día Pediátrico se atiende de forma ambulatoria a una media diaria de ocho pacientes con cáncer.

Por otra parte, profesionales del área destacaron la enfermedad más habitual en estos casos suele ser la leucemia aguda, seguida del linfoma y de los tumores del sistema nervioso central, y apuntaron que el seguimiento de los pequeños que ya concluyeron su período hospitalario oscila entre cinco y diez años, según el tipo de tumor que padezcan.

En este sentido, la doctora Tallón explicó que se realiza un seguimiento de pacientes con síndromes genéticos con predisposición al cáncer, con el objetivo de efectuar un diagnóstico precoz: “Temos en marcha varios proxectos de investigación nos que estamos traballando nesta unidade para mellorar a asistencia, participando en varios ensaios clínicos en distintos campos da hemato-oncoloxía pediátrica e os coidados paliativos”, afirmó Tallón. Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer Infantil, las asociaciones Bicos de Papel y Paiasos de Galiclown visitaron ayer el hospital para llevar regalos a los pequeños ingresados.

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