Un expediente como el del caso Déborah no se estudia en diez días. Y eso es lo que argumentará la defensa del exnovio de la joven, Pablo P.S-Ll., investigado formalmente en la causa por su desaparición y muerte, para solicitar a la magistrada del Juzgado de Instrucción 2 de Tui retrasar su comparecencia, petición que a todas luces y en vista de que los plazos de prescripción han quedado suspendidos, será admitido por la magistrada.
Esta declaración, que será la primera que realice en sede judicial, está prevista para el próximo 21 de febrero. Todavía no se encuentra personado en la causa, por lo que actualmente no tiene siquiera acceso a todo el sumario, legajos y demás documental que se remonta a casi 20 años de investigación. Esta previsto que este trámite tenga lugar el próximo lunes.
La gravedad de los hechos que se le atribuyen a Pablo P., ya que acude en calidad de investigado por su presunta “implicación” en el crimen, exige un estudio exhaustivo de todas las pruebas que se han practicado y declaraciones prestadas, por lo que para que no se produzca una situación de indefensión hacia él, todo hace indicar que la jueza sí accederá al aplazamiento de este primer interrogatorio judicial.
Lo que sí está prácticamente confirmado es que su declaración será presencial, y no por videoconferencia. Afincado actualmente en Vigo, residió durante años por motivos laborales en Latinoamérica, por lo que de encontrarse fuera tendría que acudir personalmente a los juzgados tudenses para esta diligencia.
De producirse este aplazamiento, es posible que la jueza reciba con anterioridad los resultados del ADN que siguen pendientes en el Instituto Toxicológico de Madrid. Y es que pronto se cumplirá un año de la exhumación del cuerpo de la joven, dolorosa diligencia que sin embargo puede ser vital para el esclarecimiento del caso. Por un lado, los primeros análisis establecieron una posible primera prueba material –más allá de contradicciones en sus declaraciones policiales– que relacionaría a Pablo P. con Déborah antes de su desaparición. Y es que bajo las uñas de la joven se localizaron unas fibras que son “compatibles” con las de una manta y colcha que pertenecieron al varón y que regaló a un tercero.
En dicho informe, los profesionales de Toxicología también reconocen que estas fibras son “de amplia distribución” en materiales textiles por lo que podría tener “múltiples orígenes”.
Por otro lado, recogidas ya las muestras de ADN de una treintena de personas en Comisaría, éste se cotejará con los restos biológicos que fueron recuperados de las uñas del cuerpo de Déborah una vez exhumado y también con las muestras del pelo y de la cuerda hallados junto al cadáver en la cuneta de O Rosal donde fue depositado después de 10 días oculto.
La satisfacción de la familia era ayer indiscutible, tanto porque será la primera vez que una persona declare como investigada en la causa como porque los plazos para la prescripción se han quedado suspendidos. De seguir corriendo el tiempo, el próximo 1 de mayo de 2022, la causa se archivaría para siempre al cumplirse 20 años de la comisión del hecho.
La decisión llegó de la mano de la Audiencia Provincial, al estimar el recurso presentado por los abogados de la familia, Ramón e Ignacio Pérez Amoedo. En su escrito, presentado el pasado 26 de noviembre, la acusación particular desgranaba las versiones contradictorias que ofrecieron Pablo P., su familia y amigos. Y es que la investigación, desde la reapertura en 2019, siempre giró en un único sentido: su expareja. Por el Juzgado de Tui pasaron más de una treintena de testigos, de los cuales todos menos tres, corresponden a su círculo próximo. Ahora será él quien deba dar sus explicaciones, si bien hay que recordar que al estar citado en calidad de investigado podrá acogerse a su derecho a no declarar o solo responder a las cuestiones de su letrado.
Estimación del recurso
