Han sido años de desencuentros entre los accionistas del Club Financiero de Vigo SA y el Círculo de Empresarios de Galicia, finiquitados ahora por sus dos máximos responsables: José Manuel Fernández Alvariño y Manuel Rodríguez, respectivamente. La asociación, inquilina del único activo de la SA (las instalaciones de las torres de García Barbón), ha llegado a un acuerdo con su primigenia matriz para el traspaso de las acciones, informaron ambas partes en un comunicado. Se trata de un pacto que "pone fin a las diferencias de criterio que ambas entidades mantenían sobre el activo inmobiliario donde el Círculo desarrolla su actividad", y que causaron, entre otras, la salida precipitada del anterior presidente de la Sociedad Anónima, Pedro Mouriño.

El pacto, abunda la nota, "ha sido posible por la voluntad de ambos de que el Círculo de Empresarios de Galicia continúe siendo la entidad de referencia para los empresarios gallegos, y garantice su estabilidad y su futuro como ámbito de diálogo, formación, relación y participación empresarial". No han trascendido los detalles económicos del acuerdo, si bien éste ha reconducido unas relaciones que se habían vuelto más que complejas. Alvariño contaba con el respaldo de José García Costas o Pedro Fernández (promotora Ifer), socios del Club, y las negociaciones de Mouriño para rebajar el precio del alquiler y prolongar el periodo de amortización de la hipoteca terminaron por provocar la salida del segundo.

Rodríguez ha celebrado el acuerdo, y ha destacado la "generosidad de José Manuel Fernández Alvariño y su reconocido amor al proyecto que fundó junto a su padre".