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Explosión de belleza natural

Fiel a su cita con el calendario, la espectacular floración de magnolios y camelios tiñe de color el parque de Castrelos y el Quiñones de León

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Una visita disfruta de un paseo en la zona de los magnolios del Pazo Quiñones de León Pablo Hernández

Los magnolios vuelven a teñir el parque de Castrelos y el pazo Quiñones de León. El periodo de floración de la magnolia de Soulange se encuentra en su máximo esplendor para disfrute de todos los que pasean por los jardines vigueses. Y además su manto rosa rivaliza en protagonismo estos días con la camelia, la misteriosa flor oriental que llegó a Galicia a finales del siglo XVIII.

“Las variedades más tempranas de camelia florecen en octubre. La sasanqua es la primera y lo hace ya en septiembre. Pero la mayoría, como la japónica, lo hacen entre diciembre y marzo. Antes tardaban un poco más, pero las altas temperaturas de los últimos años han adelantado bastante la floración”, explica Natalia Peixoto desde Viveros Nilo, una empresa familiar de larga tradición en el sector.

Espectáculo natural en el Quiñones de León. PABLO HERNANDEZ GAMARRA

Las buenas temperaturas que se disfrutan estos días animan todavía más si cabe a contemplar este espectáculo natural que comparten varios jardines gallegos dentro de la Ruta de la Camelia. El Quiñones de León presume además del ejemplar de camelia japónica más longevo de toda Galicia, “Matusalén”, situado en el jardín francés y cuyos más de 150 años de antigüedad lo hacen merecedor de formar parte del Catálogo de Árbores Senlleiras de Galicia.

El clima húmedo de nuestra comunidad, las temperaturas suaves y la composición de los suelos la han convertido en uno de sus centros principales en el mundo, con más de 8.000 variedades diferentes.

Además de su innegable belleza, la camelia atesora interesantes propiedades para la alimentación o la cosmética, entre otras aplicaciones, que se estudian desde hace años en la Misión Biológica de Galicia y en la Estación Fitopatológica do Areeiro.

Jardines del Pazo Quiñones de León. PABLO HERNANDEZ GAMARRA

Expertos advierten de una primavera adelantada

No es el caso del magnolio o la camelia, pero el cambio climático ya está provocando la floración adelantada de muchas especies. En Reino Unido se acaba de publicar un estudio, basado en observaciones realizadas durante casi 300 años, que evidencia que, debido al aumento de la temperatura, este proceso se ha acelerado un mes, con las consiguientes amenazas para la biodiversidad y la agricultura.

“Desde hace varios años estamos observando también aquí un desfase entre la floración y la actividad de los polinizadores que ellas necesitan debido al cambio climático. Este desacoplamiento afecta a los dos grupos. Por ejemplo, hemos visto cómo muchos abejorros adelantan su actividad y las heladas acaban con sus crías. Ha habido años sin actividad de polinizadores porque murieron por las heladas. Y sin ellos no hay plantas. A medio-largo plazo están abocadas a la extinción”, advierte Luis Navarro, investigador del grupo de Ecología y Evolución de Plantas de la UVigo y director de Divulgare.

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La primavera tiñe Castrelos Marta G. Brea

Él es uno de los expertos que llevan años dando la voz de alarma sobre la extinción de los polinizadores y participa en un proyecto europeo para concienciar a la sociedad del papel que juegan en la supervivencia de las plantas y el equilibrio de los ecosistemas en todo el mundo. “Estamos asistiendo a floraciones y a temperaturas poco usuales a estas alturas del año. Se nos hacen agradables, pero suponen un gran problema porque generan muchos desacoplamientos que rompen el ritmo natural”, añade.

Hay más de 200.000 especies polinizadoras en todo el mundo, desde abejas y mariposas a saltamontes, luciérnagas e incluso aves. Pero no es suficiente un único agente, ya que para cada especie de planta hay uno que es más eficiente que los demás. “Con el calentamiento, muchas plantas se están empezando a desplazar hacia latitudes más altas, y esto también supone un problema para los animales que se alimentan y dispersan sus semillas. Ya se están produciendo movimientos migratorios de aves que dependen de esas plantas”, explica Navarro. “Se podrán adaptar algunas especies de plantas pero otras iniciarán procesos de extinción, que son más difíciles de ver porque se desarrollan a largo plazo, pero están ahí”, apunta.

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