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La brutal paliza a un joven de Nigrán acabará con un único procesado en el banquillo

Un testigo identificó al vigués imputado por la sudadera “con letras VANS” que vestía esa noche | El juez le atribuye lesiones agravadas y le requiere 80.000 euros de fianza

La madre del joven agredido muestra, hace unos meses, fotos de las lesiones que sufrió. // A. GUTIÉRREZ

La investigación judicial por la brutal paliza sufrida por un joven en Nigrán ya ha llegado a su fin. Y finalmente el magistrado ha procesado a un vigués de 20 años por la presunta autoría de un delito de lesiones agravadas. La agresión se remonta ya al verano de 2020, pero fue hace unos meses, coincidiendo con el primer aniversario, cuando la propia víctima, Nacho, y su madre, denunciaron públicamente su historia. Junto a las graves lesiones físicas –perdió un 30% de visión, no puede abrir del todo la boca y le quedaron evidentes cicatrices–, el joven sufrió daños psicológicos.

Numerosos vecinos de Nigrán llegaron a concentrarse para exigir justicia y la pronta resolución del caso. También clamaron para que se identificase e investigase a toda la “manada” que participó en la brutal paliza. Pero finalmente, tras las diligencias practicadas, el Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo solo encontró indicios contra un único joven que, al menos en la época de los hechos, trabajaba como camarero en un pub de la localidad. Así se desprende del auto de procesamiento en el que el magistrado le atribuye la presunta autoría de un delito de lesiones agravadas y le requiere para que preste una fianza de 80.000 euros para responder, en caso de ser condenado, a la indemnización que se solicite en el futuro juicio por las graves heridas físicas y el daño psíquico y moral causado al agredido.

El auto de procesamiento indica que los hechos ocurrieron la madrugada del 16 de agosto de 2020. Tras un altercado previo en un pazo donde se celebraba una vista, la víctima fue presuntamente perseguida hasta un monte. Lo que refiere la resolución judicial es que el ahora procesado, al llegar a su altura, empezó a darle “puñetazos y patadas”, “mientras otra persona no identificada los alumbraba con la linterna del móvil”.

Gritos

Los gritos alertaron a una persona que trabajaba en labores de control del pazo. Se trata del testigo clave, ya que fue quien identificó al agresor “como el chico que llevaba una sudadera con las letras VANS”, sin poder sin embargo dar detalles “de forma clara” sobre el individuo que llevaba la linterna. Para el juez el testimonio de este trabajador es fundamental: declaró de forma “detallada y espontánea” sobre los hechos que presenció y realizó una “clara y contundente identificación” del imputado. El magistrado concluye en el auto que no se puede extender el procesamiento a más personas “ya que no hay elementos suficientes que permitan atribuirles responsabilidad penal por los hechos acontecidos” .

La madre del joven herido señalaba hace unos meses en una entrevista concedida a FARO que aunque en la causa solo había en aquel momento dos imputados –finalmente el auto de procesamiento solo se ha dictado contra uno de ellos–, había otros “ocho o nueve” individuos que participaron en la agresión. “La manada que agredió a Nacho sigue con su vida, pero mi hijo no puede ni salir de casa”, lamentaba esta mujer. El joven herido decidió sacar su caso a la luz a raíz de la paliza mortal sufrida por Samuel Luiz en A Coruña.

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