La empresa Algamar lanza la primera gama de alimentos funcionales con extractos de algas gallegas que aportan beneficios antioxidantes y neurocognitivos, mejoran el rendimiento físico y ayudan al cuidado corporal y de nuestro sistema defensivo. Cinco productos integran esta línea innovadora que surge de la colaboración con la Universidad de Vigo y que podría continuar en el futuro con el desarrollo de cosméticos o fertilizantes.
“Somos pioneros en ir más allá y utilizar las algas de Galicia no solo como simple ingrediente para aprovechar sus elevadas propiedades nutricionales, sino también para obtener de ellas extractos concentrados con capacidades funcionales que benefician a la salud”, destaca Sergio Baamonde, biólogo de Algamar.
El germen de esta línea es el proyecto NeuroFood, en el que participaron la empresa ubicada en Pazos de Borbén y el grupo de Investigaciones Agroambientales y Alimentarias de la UVigo junto con otras compañías gallegas y centros tecnológicos. El objetivo era explorar el potencial de las principales variedades que se encuentran de forma silvestre en Galicia.
Algamar puso a punto una planta de extracción de los compuestos bioactivos y los expertos de la Universidad de Vigo desarrollaron los procesos, caracterizaron y optimizaron los extractos y realizaron los análisis de los productos finales que ya están a disposición de los consumidores.
Los alimentos funcionales son aquellos que, además de su valor nutritivo, aportan algún beneficio para la salud y reducen el riesgo de contraer ciertas enfermedades. Las algas, un recurso muy abundante en Galicia, contienen una gran cantidad de nutrientes, pero además incluyen biomoléculas de gran interés por sus propiedades antioxidantes o neuroprotectoras.
Los productos de Algamar son un mix natural de vegetales en polvo –semillas o frutas, entre otros– que están enriquecidos con distintos tipos de algas y con extracto de wakame rico en compuestos bioactivos (fucoxantina). Y se ha jugado con la formulación de los nutrientes –proteínas, minerales y vitaminas– para obtener diferentes funcionalidades, todas ellas definidas por la legislación actual.
“Hemos buscado un equilibrio de ingredientes para poder hacer estas declaraciones marcadas por la ley. Y las analíticas de la UVigo demuestran sus posibles beneficios”, subraya Baamonde, que también apunta a que estos productos son 100% naturales frente a otros suplementos que se comercializan actualmente y que incluyen añadidos industriales.
“Ayudan a tener una dieta más natural, equilibrada y saludable. Por ejemplo, reduciendo la ingesta de proteína animal como están recomendando los expertos por razones de salud y medioambientales”, añade.
La gama de alimentos funcionales incluye productos para todo tipo de consumidores. Uno de ellos mejora el rendimiento físico y reduce el cansancio y la fatiga, por lo que resulta interesante tanto para deportistas como para personas mayores. Y otro potencia el desarrollo neurocognitivo y puede beneficiar a estudiantes durante la época de exámenes o a profesionales con altas cargas de trabajo.
También hay alimentos diseñados para proteger las células frente al daño oxidativo, contribuir al cuidado del cuerpo en general y estimular las defensas del organismo.
Mientras estos productos innovadores se hacen un hueco en el mercado, el departamento de I+D de Algamar continúa colaborando con la UVigo. “Son un gran apoyo y una guía para nosotros. Tenemos varios campos abiertos. Vamos a seguir con esta línea de alimentación funcional. Y después quizá nos abramos a otros campos para aprovechar el gran potencial de las algas para fertilizantes y cosméticos”, avanza Baamonde.