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Al menos uno de cada diez vecinos del área de Vigo ha dado positivo desde el inicio de la pandemia

Punto de test de antígenos en la estación de Guixar. Marta G. Brea

Aproximadamente 600.000 personas están asignadas al área sanitaria de Vigo. Es decir, tienen tarjeta del Sergas y son atendidos en los centros de salud de su correspondiente municipio y en los hospitales de la ciudad. Pues según los datos de la Consellería de Sanidade, desde el inicio de la pandemia, se han contagiado 70.248 (un 11,7%) de estos ciudadanos. Es decir, casi una de cada diez personas del área viguesa se ha infectado en algún momento desde la llegada del COVID, en marzo de 2020, hace casi ya dos años. Y el mayor volumen de contagios se ha producido durante esta sexta ola, cuando se han batido constantemente los récord diario de nuevas infecciones.

Hay que tener en cuenta además que lo más lógico es que esa proporción sea todavía mayor, ya que es imposible hacer una prueba a toda la población, por lo que muchas personas asintomáticas con toda probabilidad también han cogido el COVID durante este tiempo, pero son potenciales positivos “ocultos” porque no se han confirmado de forma oficial mediante una prueba diagnóstica. Es decir, con toda seguridad se han producido más que esos 70.248 contagios que se han contabilizado desde la llegada del COVID.

Atendiendo al momento actual, la transmisión del virus sigue estando disparada. Prueba de ello son los 2.119 nuevos positivos que el Sergas ha notificado en su último informe, por lo que por segundo día consecutivo se han producido más de 2.000 contagios en 24 horas. Una vez más, la mayoría de esos positivos se están detectando no mediante PCR (que se reservan a personas de colectivos vulnerables y siempre bajo prescripción médica), sino mediante test de antígenos, especialmente las pruebas autodiagnósticas que los ciudadanos se hacen ellos mismos. En esto tiene que ver el nuevo protocolo aplicado por las autoridades sanitarias para determinar si alguien está o no contagiado.

Hay que recordar que ahora ya no hace falta una PCR de confirmación, sino que es suficiente con un resultado positivo en un test de antígenos, tanto los que se realizan en los diferentes puntos de cribado habilitados por el Sergas, como en las estaciones ferroviarias o los aeropuertos (y en los municipios de Tomiño, Ponteareas y Cangas, donde se extienden hasta el lunes), como los que se hacen a sí mismos los propios pacientes. Esta circunstancia dispara completamente la incidencia acumulada de nuevos casos por cien mil habitantes los últimos catorce días en prácticamente todos los concellos y también en el conjunto del área sanitaria de Vigo, que supera ya los 3.000.

El Sergas también ha empezado a aplicar a la estadística de datos diarios epidemiológicos el nuevo protocolo en cuanto a las curaciones, que recoge que una persona que da positivo se considera que ha superado el virus tras un confinamiento de siete días siempre que no tenga ningún síntoma. Esto, obviamente, repercute en a la hora de analizar esta sexta ola, pues ayer por ejemplo se notificaron de golpe unas 5.500 curaciones, lo que ha provocado una caída de casos activos, que pasaron de más de 17.000 a 14.054.

La presión sobre los hospitales de la ciudad se mantiene estable

Si el volumen de contagios actual se diese con la población sin vacunar, se estaría hablando de un auténtico colapso hospitalario. Pero afortunadamente más del 95% de los gallegos mayores de 12 años tienen ya la pauta completa. Y esta es la explicación que permite entender que los centros sanitarios de la ciudad no estén desbordados por el COVID. Es más, en los últimos días se confirma una tendencia a la estabilidad, con una variación mínima de los pacientes ingresados. En la última jornada, por ejemplo, se han producido tres nuevas hospitalizaciones en planta en el Álvaro Cunqueiro, mientras que en Povisa hay tres menos. El total de enfermos ingresados con coronavirus en Vigo asciende a 92, muy lejos de la cifras de los momentos con una mayor ocupación hospitalaria en épocas anteriores de la pandemia, y trece de ellos están en las unidades de críticos.

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