El coche eléctrico gana protagonismo en Vigo, pero lo hace muy lentamente. Según los datos ofrecidos por la Dirección General de Tráfico (DGT), circulan por el asfalto vigués 313 vehículos de este tipo. –con números del pasado mes de noviembre, los más actualizados del organismo dependiente del Ministerio del Interior–. La cifra refleja una escalada paulatina: en 2011, eran tan solo 28; y, a finales del año pasado, 258. En 2019, 164. En el parque olívico, cada vez hay más, sí, pero todavía tienen un papel secundario a pesar de estar llamados a abanderar la movilidad sobre las cuatro ruedas en las ciudades. No es una situación que solo se dé en la urbe viguesa: en Valladolid, por ejemplo, localidad con una cifra de habitantes similar a Vigo, hay 265; en Gijón, se contabilizan 347.
Resulta una paradoja que se dé este escenario en Vigo, un lugar pionero en la fabricación de este modelo de automóviles, que no convencen en masa a los ciudadanos, al menos, por ahora: a comienzos de los años 90, la actual Stellantis se convirtió en la cuna de estos vehículos con el montaje de las furgonetas Citroën C15 y, más adelante, insuflando vida a las Citroën Berlingo y Peugeot Partner. Actualmente, se da forma en la planta de Balaídos a cuatro modelos de furgonetas eléctricas y al Peugeot 2008, también 100% electrificado. En las mismas instalaciones, se ubica un taller de baterías eléctricas.
En la balanza, las ayudas de las administraciones para comprar este tipo de coches verdes –de hasta 7.000 euros por parte del Gobierno (Plan Moves) y 4.000 de la Xunta de Galicia (campaña Renove)– y su conducción sin ruido ni vibraciones no pesan tanto como los tres factores que alejan a los consumidores de los vehículos eléctricos: su precio es mayor en comparación con el requerido para los diésel o gasolina, no hay puntos de recarga suficientes y la autonomía de las baterías todavía tiene un amplio margen de mejora. Cita estos inconvenientes Darío Arias, director comercial del grupo Nipocar Galicia, que se centra en la comercialización de automóviles Toyota, el mayor fabricante del mundo.
Destaca que los modelos 100% eléctricos son “una pasada” para utilizar en la ciudad, pero cojean en los desplazamientos largos, un lunar que supone un “problema” para los clientes. Añade que es “muy complicado” instalar un punto de recarga en un garaje comunitario: “Es un paso necesario si quieres disfrutar de la autonomía al máximo y tener la vida arreglada al día siguiente. El eléctrico tendrá más protagonismo cuando aumenten las capacidades de las baterías y se reduzcan los consumos. Ya va hacia ahí el mercado”. Defiende que la apuesta por los eléctricos “compensa” siempre y cuando se utilicen para realizar trayectos cortos y reconoce la necesidad de que los precios se democraticen para ver un impulso de este tipo de vehículos en las calles.