La Lotería de Navidad tiene memorizado su camino hacia dos administraciones de Vigo. Pese a dejar más 25 millones de euros en toda Galicia, su presencia en Vigo se redujo menos de una docena de décimos premiados y sin rastro de grandes premios. Eso sí, en dos locales que ya conocían esta sensación en años anteriores.

Rafael Acea repitió premio en año impar en su administración de Camelias. | // MARTA G. BREA

Si a las 10:44 un breve apagón sorprendía a todo el área metropolitana durante varios minutos, al filo de las once de la mañana el número 42.833 dejaba 200.000 euros en la administración ubicada en la séptima planta del Corte Inglés.

Raquel Rego mostraba su alegría por vender una serie entera en ventanilla, al declararse una “defensora del décimo tradicional”. Sin conocer el nombre de ningún ganador por el momento –aunque no se encuentran a priori los empleados del Corte Inglés que también compran sus participaciones ahí– todo apunta a que se trata de clientes habituales que se hicieron con los décimos en el comienzo de la campaña.

En el edificio de la Gran Vía aguardó la llegada del cartel oficial de Loterías y Apuestas del Estado que certificaba esta alegría pasado el mediodía, justo cuando se cantaba el “Gordo” que viajaría a todo el sur de España en AVE desde Atocha. El año pasado lograba vender un décimo de terminal del quinto premio, aunque rechaza que se trate de una progresión y pide “saltar directamente al Gordo el año que viene”.

Camelias sigue la racha

Minutos después de ese primer cuarto premio y con la industria de la ciudad aún recuperando el pulso tras el corte de suministro eléctrico, la alegría llegaría con el undécimo y último boleto premiado con una cifra significativa. El 91.179 era cantado como segundo cuarto premio a las 11:12 minutos de la mañana, dejando también un pellizco en la Avenida de Camelias de la mano de Rafael Acea.

Igual que en 2019, cuando “la suerte de las luces” y el 74.770 dejaron millón y medio de euros en el barrio; la sidra volvió a manchar el umbral de su local aunque hasta el lugar no llegaría ningún agraciado y solamente subiría la reja para esta escena.

Acea se mostraba emocionado pese a que el botín se redujera a un solo décimo, ya que también había sido vendido en ventanilla y a “algún vecino de un barrio trabajador”.

Esa misma mañana recibía las primeras bromas de otros clientes habituales que le recriminaban que solo conseguía los premios en los años impares –en 2017 también repartió un quinto– a lo que responde despejando cualquier mal augurio y dando fe de su optimismo: “en 2022 rompemos la racha”.

Sin problemas en el cobro

Pese al miedo inicial a una posible “huelga” de loteros en las próximas jornadas que retrasara el cobro de los premios, las administraciones despejan cualquier duda y recuperarán la normalidad desde mañana. Loterías y Apuestas no permite el cobro hasta pasadas las seis de la tarde del 22 de diciembre, por lo que apenas se ha alterado la rutina de años anteriores pese al seguimiento del paro y cierre generalizado en su “día grande”. Después de meses manifestándose en sus ciudades y con desplazamientos a Madrid, se muestran optimistas y por ello cuentan con recuperar la normalidad de cara a las próximas semanas gracias a las negociaciones y la buena respuesta ciudadana.

Las ilusiones se centran ahora en el Sorteo del Niño del próximo día 5, en el que confían prolongar su suerte. Especialmente optimista es la situación de Rafael, quien celebra el retorno de la Cabalgata de Reyes –en formato COVID– a la Avenida de Camelias. Tras varios años en García Barbón o la Avenida de Castelao, el lotero celebra que podrán vender décimos “hasta la última hora” si se cumplen las previsiones. La suerte, está por echar.

Día señalado para visibilizar sus protestas

Para Raquel Rego la mañana fue de contrastes. A la euforia por vender por segundo año consecutivo un gran premio del Sorteo de Navidad se sumaba la resignación de hacerlo con la persiana bajada. De esta forma los loteros de la provincia protestaban en su día más señalado para lograr el aumento de las comisiones otorgadas por la venta de décimos. La responsable de la administración número 29 de la ciudad es también la coordinadora de la protesta en el sur de Galica, destacando que “ha sido entendido por todos los clientes que acudieron”. Rego señalaba las dificultades de un gremio “pacífico” pero formado por autónomos en situación de precariedad, ya que “un tercio de los vendedores no llega a ser mileurista”. Es por ello que el cierre de administraciones fue mayoritario, luciendo carteles y chalecos todos aquellos que no pudieron desplazarse a Madrid para protestar ante el Teatro Real. Su reivindicación pasa por la actualización de las comisiones 17 años después después del incremento del coste de la vida. Rafael incide en la dificultad de la negociación con un ejemplo práctico. El precio de 20 euros por décimo, al igual que la “pedrea” de 1.000 euros en los premios, es una cantidad simbólica sobre la cual es difícil actuar para ajustar los beneficios a la inflacción. Es por ello que se debe apostar por un cambio en el porcentaje de la comisión o una reducción de la presión fiscal sobre estas ventas, ya que Hacienda “les cobra dos veces” por ella.