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La Gran Recogida se desinfla a las puertas de Navidad

El Banco de Alimentos recibió 250.000 kilos, la mitad que el año pasado

Un voluntario almacena productos frescos en la cámara frigorífica del banco en Lavadores. R. Grobas

Después de que el año pasado se batieran todos los récords con una recolección histórica de más de 550.000 kilos de alimentos, la Gran Recogida de 2021, celebrada hace escasamente un mes, no se ha acercado a las expectativas que se alcanzaron en la última edición. El Banco Provincial de Alimentos logró reunir algo más de 250.000 kilos de productos no perecederos, cantidad similar a la recogida en los años prepandemia. Una fuerte caída que desde la entidad sin ánimo de lucro asocian al encarecimiento de la vida en el último año y a la “normalización” de la convivencia con el COVID.

"La gente en esta ocasión ha podido contribuir menos, pero estamos muy agradecidos con la colaboración prestada”

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“Hay un temor generalizado en el ambiente por los alarmantes datos provocados por la sexta ola que está haciendo que la gente esté más precavida por lo que pueda pasar. Estábamos algo ya relajados con una situación de cierta normalidad y ahora ha vuelto la incertidumbre. Si a ello le sumamos el incremento de los precios, tanto de los servicios como de los productos de primera necesidad, la gente en esta ocasión ha podido contribuir menos, pero estamos muy agradecidos con la colaboración prestada”, señala Iván Martínez, presidente del Banco Provincial de Alimentos.

La incertidumbre y el alza en los precios básicos, entre las razones de la caída

Desde la entidad sostienen que es necesario remarcar que el año pasado “estábamos ante una coyuntura muy especial” en la que muchos ciudadanos se toparon con una situación límite donde “la fotografía casi diaria eran las grandes colas en las asociaciones y fundaciones para llenar la cesta de la compra que despertó la sensibilidad de muchos usuarios que aportaron a la causa”, ante un contexto desalentador.

La Fundación Provincial del Banco de Alimentos repartió más de dos millones de kilos de comida durante 2020, un 17% más con respecto al año anterior, debido al estallido de la pandemia y sus consecuencias. Ya en los primeros seis meses de este 2021, fue repartida más de la mitad de esos alimentos almacenados.

Pedro Alonso, padrino del Banco de Alimentos: "Es una toma a tierra, y poder aportar mi granito de arena"

Pedro Alonso, padrino del Banco de Alimentos: "Es una toma a tierra, y poder aportar mi granito de arena" Borja Melchor

Un padrino internacional

Al igual que en la anterior campaña, no se realizó la habitual recogida física de alimentos a pie de tienda, sino que se realizó una recaudación de fondos a través las cajas de los supermercados colaboradores, de la web de la entidad y de la aplicación Bizum. El padrino en esta ocasión fue el vigués Pedro Alonso, internacionalmente conocido por su papel como Berlín en la exitosa serie “La Casa de Papel”. Un embajador de excepción que en la presentación de la Gran Recogida 2021 se mostró “muy comprometido con una entidad que se vuelca en una causa necesaria”. 

Un voluntario almacena productos frescos en la cámara frigorífica del banco en Lavadores. R. GROBAS

La subida de la luz dispara la factura de las grandes cámaras frigoríficas para los productos frescos

Muy pocos saben que el Banco de Alimentos es de las pocas ONG que cuenta con grandes cámaras frigoríficas y congeladores para albergar productos frescos. En concreto, la entidad dispone de dos neveras y dos congeladores entre las sedes de Vigo y Pontevedra. Además cuentan con dos carretillas elevadoras eléctricas para facilitar el trabajo a los voluntarios. La subida exponencial de la luz les ha afectado también en la factura “como a cualquier otra entidad”. Un incremento, que, sin embargo, no provocará un descenso en el servicio que ofrece y adelantan que “podremos afrontar de manera óptima las necesidades de las 22.000 personas vulnerables a las que atendemos, durante los primeros meses de 2022” y confían que el año próximo “nos permita volver a llevar a cabo e impulsar campañas solidarias y poder evitar, así, el desabastecimiento de productos básicos”.

Y aunque la actividad más fuerte se mueve con los alimentos no perecederos, los frescos forman parte del suministro diario que reparte a las asociaciones que colaboran habitualmente con la entidad. “Es muy importante. Todos los días sale mercancía de frescos a casi una veintena de asociaciones del área de Vigo. Varias cadenas de supermercados nos traen los excedentes de productos del día anterior, los organizamos y los distribuimos, casi al momento”, destacan. En 2020, repartieron más de 130.000 kilos de comida procedentes de las “mermas” donadas por los hipermercados, lo que supone también “un aprovechamiento de la comida, que quizá de otra manera, acabaría en el contenedor”.

La nave que la ONG tiene en la ciudad olívica funciona como una máquina perfectamente engrasada donde todos los voluntarios ­–excepto dos personas contratadas– están organizados y todo está estipulado de manera que en un solo golpe de vista pueda verse toda comida almacenada.

Los organismos, las empresas y las donaciones particulares forman la fuente de ingresos para poder comprar los alimentos que reparten durante todo el año. “Sin ellos no sería posible”, señalan. 

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