El comité de empresa de Vitrasa, empresa concesionaria del servicio de autobús urbano en Vigo, ha iniciado este lunes una huelga indefinida. Los trabajadores llevaron a cabo durante el pasado mes de noviembre una serie de paros, los viernes y sábados, como respuesta a la "actitud inmovilista de la empresa a lo largo de casi un año de negociaciones". El enroque en su postura ha desembocado en esta huelga sin fecha de fin, que el comité llevaba anunciando desde hace un mes. Desde Vitrasa, en cambio, se exige a los representantes de los trabajadores que pongan fin a un conflicto "desproporcionado" y también denuncian que el sábado uno de sus autobuses sufrió un nuevo ataque, al impactar una piedra contra una de sus lunas.

Con motivo de los paros, que tendrán lugar de lunes a viernes (los fines de semana y festivos, el horario será el habitual), Vitrasa ha confeccionado un nuevo calendario de servicios mínimos, que se pueden consultar en el siguiente documento:

Con esta medida de presión, la plantilla busca una mejora de sus condiciones laborales, como la regulación de los descansos, la reducción de la sobrecarga de trabajo, la contratación de más personal o la reducción del número de empleados eventuales.

A lo largo del último mes, el comité también ha afeado al Concello que, pese a ser el responsable último de un servicio que es municipal, no se ha implicado para resolver el conflicto. "Llevamos un año intentando negociar un convenio, y la empresa se niega desde el minuto cero. El Ayuntamiento tiene algo de responsabilidad, si le dan cada año más de 13 millones a la concesionaria, y este año otros 6 millones más por las pérdidas derivadas de la pandemia de COVID. Con estas cifras millonarias, el alcalde tendrá algo que decir de la política laboral de la empresa", proclamaba el presidente del comité, Imanol Arnoso (CIG), durante la concentración que llevaron a cabo frente al Concello el pasado 26 de noviembre.

Versión de la empresa

La posición de Vitrasa es diametralmente opuesta. En un comunicado, la concesionaria ha denunciado en primer lugar el "nuevo ataque" sufrido por uno de sus autobuses, que sería el secto desde que comenzó el conflicto. El vehículo de la línea 8 recibió una pedrada en una de sus lunas, cuando transitaba pasadas las 20:20 por la calle Falcoido. Aunque no se registraron heridos, desde la empresa se asegura que se puso "en serio riesgo" a lo viajeros y al personal.

Vitrasa tacha de "desproporcionado" y "desmesurado" el conflicto y alude a que "afecta gravemente" al derecho a la movilidad de los ciudadanos de Vigo y a la viabilidad de la propia empresa. Según su versión, buena parte de la plantilla no apoya los paros y han propuesto al comité de empresa varias mejoras en las condiciones laborales, pero "toda estas propuestas fueron rechazadas".