Un respiro para los niños ingresados que les permita olvidarse por un rato de que se encuentran en el hospital. Es el espíritu con el que el Álvaro Cunqueiro ha dotado a su aula de Pediatría, a la que los murales de la artista Iria Blanco han dotado de una mayor calidez. El espacio ya estrenó este curso unas instalaciones reformadas, más amplias y con más servicios.

Dos profesoras se ocupan del Aula Hospitalaria, donde se intenta que los menores ingresados no pierdan la actividad escolar. Una de las docentes atiende a los niños en este espacio y otra a los que no pueden salir de sus habitaciones. La media diaria fue de unos 20 escolares durante el curso pasado.

Tanto las paredes del aula como de algún corredor de la unidad de hospitalización infantil han cobrado vida y color con distintos diseños en los que los más pequeños y la naturaleza cobran el protagonismo. "El objetivo era crear un espacio cálido para que niños y niñas, sus familiares y profesionales, disfruten de un entorno de creatividad [...] para que relativicen su enfermedad y los acompañe la alegría del arte durante su ingreso", expone la pintora.

Sus murales reproducen escenas de lectura, pintura, música, amimales, naturaleza... Esta humanización ha llenado de vitalidad las paredes gracias al patrocinio de la Asociación Bicos de Papel y la colaboración de Veolia, empresa encargada del mantenimiento del hospital.

El gerente da Área Sanitaria de Vigo, Javier Puente, destaca los beneficios de estos murales en los pacientes y acompañantes: ”Tener un espacio más amable, cálido y adaptado a las necesidades de los niños hospitalizados y sus familias, disminuye su estrés y favorece las emociones positivas, facilitando las acciones terapéuticas y la confianza con el personal".