La estampa que ya se pudo ver el fin de semana se repite este martes: filas de coches en las calles del centro de Vigo avanzan a duras penas hacia sus destinos. La confluencia de factores hace que varias de las vías del núcleo urbano se hayan convertido en una encerrona para conductor; esta misma tarde-noche, un turismo tardaba más de media hora en recorrer los 500 metros de Vía Norte que separan el hospital Fátima Vithas del cruce con Urzáiz.

El cóctel de motivos que producen estos atascos es conocido: la afluencia por las luces de Navidad y por el tirón de Vialia —acrecentada por el efecto puente de la Constitución—, las obras en puntos clave del centro y, este martes, las lluvias que ha traído la borrasca Barra.

Tráfico en la glorieta de la estación de tren

La Policía Local ya informó en fin de semana de que, hacia las 17.00 horas, el tráfico se convierte en un imposible. Auguraba entonces a que la situación se repetirá durante todo el puente y los fines de semana mientras dure la Navidad. Es por eso que recomiendan moverse en transporte público o caminando en la medida de lo posible.