Gran Vigo
Comer, cenar o tomar algo con el pase COVID en la mano

Familia con el certificado en el restaurante Da Mario. / Alba Villar
Un déjà vu. Es lo que se vivió ayer en los restaurantes y bares de Vigo y de toda Galicia. Porque para entrar en ellos (en las cafeterías a partir de las 21.00 horas), vuelve a ser necesario estar vacunados con la pauta completa, demostrar que se ha pasado la enfermedad o presentar una prueba PCR o de antígenos negativa. Para ello los comensales y todos los clientes deben demostrar a su entrada en el local algún certificado válido que refleje que están inmunizado o que no está contagiados.
La medida volvió a entrar ayer en vigor después de que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) diese luz verde a la Xunta para aplicar esta medida, por lo que ayer los establecimientos siempre tenían a algún empleado en la puerta informando a los clientes de la exigencia y pidiéndoles la certificación. “No estamos teniendo ningún problema, la gente lo enseña y confiamos en ellos, sobre todo porque muchos son personas conocidas que vienen por aquí habitualmente y no es necesario que les pidamos el DNI para validar que el certificado que presentan es verdadero”, asegura Mario Di Giovanni, gerente del restaurante italiano Da Mario, ubicado en la calle Roupeiro.
Allí estaban comiendo Paula Sarmiento y Rafael Muñoz con sus hijos (menores de doce años y que por tanto no tienen que presentar acreditación alguna), y se mostraban muy de acuerdo con la medida. “Nos parece perfecto, deberían pedirlo en todos los espacios públicos cerrados. Es imprescindible que todo el mundo se vaya a vacunar, la gente tiene que estar concienciada y esta exigencia seguro que sirve para ello”, aseguraba el matrimonio antes de hincarle el diente al primer plato.

Comensales enseñan sus certificados de vacunación al entrar en el restaurante Malasangre. | // ALBA VILLAR / Carlos Ponce
Pero entre las medidas que han entrado en vigor este sábado también se encuentra la reducción de los grupos en hostelería. En el interior del local cada mesa puede estar ocupada, como máximo, por ocho clientes. En las terrazas podrán compartir mesa hasta quince personas. Esta medida se mantendrá, al menos, hasta el 18 de diciembre. Esto ha provocado una oleada general de cancelaciones de comidas y cenas en Vigo, especialmente las de grandes reuniones de amigos y convites de empresa. Fe de ello da el restaurante Malasangre, ubicado en la calle República Argentina. Han recibido cancelaciones de grandes grupos y para mitigar las pérdidas económicas que ello le puede suponer, han decidido dejar de ofrecer menús cerrados para grupos (en los que una cancelación de última hora obligaría a malgastar los ingredientes y los alimentos comprados para esta cena concreta o comida) y apuestan por ofrecer únicamente los platos que tienen en carta. “Es una manera de cubrirnos las espaldas”, explica Cristal Chorén, gerente del Malasangre.
La oleada de cancelaciones de cenas y comidas en Vigo no se debe únicamente a las limitaciones de aforo, sino que los clientes llaman para cancelar ante la preocupación por la escalada de contagios en esta sexta ola.
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