La Comisaría de Vigo también estuvo presente en la multitudinaria manifestación que se llevó a cabo ayer en Madrid, donde cientos de agentes y efectivos de los cuerpos y fuerzas de seguridad mostraron su rechazo a la modificación de la Ley de Seguridad Ciudadana, popularmente conocida como la ley mordaza.

Acento vigués contra la nueva “ley mordaza”

Todos coinciden en señalar esta reforma como una “politización” de la seguridad pública que no generará sino una pérdida de autoridad y por consiguiente riesgo para los policías y guardias civiles ante cualquier intervención. “De estos cambios saldrán beneficiados solo los alborotadores”, recalca Borja Varela, secretario regional del sindicato policial CEP. Su homólogo en el colectivo SUP, Roberto González coincide en esta apreciación precisando que “no se nos ha tenido en cuenta a la hora de reformar esta Ley, que transmite un mensaje muy peligroso para la seguridad y para los ciudadanos; nos deja a los policías atados de pies y manos”.

Concentraciones en vía pública

Ambos concuerdan en resaltar dos puntos como los más problemáticos de esta modificación. Por un lado, la no necesidad de avisar previamente a la realización de una concentración en la vía pública. “Supone un riesgo enorme, tanto para nosotros como para el propio ciudadano. Cuando nos den el aviso de trasladarnos al punto puede que la policía no esté preparada”, apunta Varela. González va un paso más allá. “Ciertas personas que solo van a estas concentraciones a destrozar el mobiliario público o molestar; cómo actuamos ante esto sin planificación. En España en general se avecinan tiempos convulsos, en los que más de una vez se saldrá a la calle para protestar y la policía tiene la obligación de proteger a los que lo hacen de forma pacífica. Ahora teníamos un margen para prepararnos, luego se acabó”, lamenta el secretario del SUP en Galicia.

Identificación

Las labores de identificación también es otro de los cambios que genera indefensión por parte de los efectivos. “Pasaremos a tener solo dos horas para proceder a la identificación de una persona que voluntariamente no quiera aportar documentación. Si no sabemos quién es la persona que ha propiciado un supuesto delito no podemos iniciar un procedimiento penal”, resalta Roberto González. “Insuficientes” también considera estas dos horas el tiempo de intervención para identificar a una persona Varela. “Entre que vas a Comisaría, que no hay personal, que tienes que pasar por delante de otras personas que están allí también esperando porque tienes límite de tiempo y luego llevarlo otra vez al lugar donde lo requeriste... Es imposible”, razona.

Pelotas de goma

Borja Varela incide también en las armas con las que cuentan a la hora de disolver altercados graves . “Hablamos de las pelotas de goma, si en disturbios violentos nos quitan las herramientas legales para actuar nos dejan solos y esto lo va a pagar la sociedad”, explica el secretario del CEP en Galicia.

Trapicheo

Esta reforma de la ley mordaza no solo afecta a las propias labores policiales, sino también a la tipicidad de las faltas. Así, el trapicheo de droga en la calle pasa de falta grave a leve. “Esto va a fomentar muchísimo el consumo de droga en la vía pública, es que se abre la mano completamente con el delincuente”, sostiene Roberto González.

150.000 asistentes

Para defenderse de todas estas reformas, los distintos sindicatos policiales convocaron a los agentes a participar de esta manifestación que recorrió el centro de Madrid. La organización cifró en 150.000 los asistentes a esta marcha policial.

Recorrido

La protesta ha partido a las 11.30 de la mañana de la Puerta del Sol para recorrer la Carrera de San Jerónimo y, posteriormente, los paseos del Prado y Recoletos para desembocar en la plaza de Colón, junto a la sede del Ministerio del Interior. Los manifestantes iban encabezados por una pancarta con el lema No a la inseguridad ciudadana sostenida tanto por los dirigentes de las organizaciones convocantes, como por los de otros sindicatos y asociaciones policiales que han mostrado su apoyo a la movilización. La imagen no ha dejado lugar a dudas de la negativa de los policías y guardias a esta polémica reforma, que ahora deberá ser aprobada en una comisión parlamentaria en el Congreso.