Todo empezó en la Porta do Sol. Antes de que la Navidad de Vigo diese la vuelta al mundo, ahí estaba el gran árbol junto al Sireno. El primer símbolo de las fiestas de Vigo y cuyo crecimiento, cada año un poco más alto, ha simbolizado la expansión del fenómeno navideño en la ciudad. El árbol de luces de la Porta do Sol -que desde 2020 se ubica en Policarpo Sanz frente al teatro Afundación- vuelve a levantarse un año más. Fue el propio alcalde, Abel Caballero, el encargado de supervisar los primeros trabajos para la reconstrucción de la gigante estructura luminosa de más de 30 metros.

Aunque en los últimos años llegase la bola de Urzáiz, la caja de regalo de Gran Vía, el muñeco de nieve de la calle Pontevedra, la noria de la Alameda o el novedoso castillo luminoso, el primer emplazamiento para los selfies navideños en Vigo fue su gran árbol. Como cada año, cambiará de colores al ritmo de la música de la megafonía y se podrá acceder a su interior para hacerse fotos.

El árbol será la pieza central de Policarpo Sanz, que también contará con un carrusel clásico, un castillo iluminado con luces led y la Casa de Papa Noel.