Conducir por la comarca de Vigo exige tener vehículo, lo primero; y una buena disposición, lo segundo, para sacar la cartera y, además de gasolina y tributos, pagar peajes. Lo requiere ya ahora, con dos de sus principales “arterias” –AP-9 y AG-57– gravadas con tasas.
Y lo requerirá mucho más si el Gobierno central lleva a cabo sus planes de cobrar peajes en las autovías de la red estatal, lo que en el caso de Vigo implicaría la aplicación de gravámenes en la A-55 y la VG-20, dos de los principales viales del territorio, tanto para los trayectos de particulares, como para los de los transportistas que llevan y recogen mercancías en el puerto o los polígonos industriales.
De oficializarse la iniciativa, los principales viales de la comarca pasarían a ser de pago. Quedarían únicamente las carreteras de menor capacidad, como las nacionales, si bien en mayo algunos medios apuntaban que los planes a más largo plazo del Ejecutivo pasarían por hacer la medida extensible a las carreteras estatales de un solo carril o incluso a las regionales. Más allá de deslizar el mensaje de la urgencia de aplicar un “sistema de tarificación” para aliviar el mantenimiento de una infraestructura estatal que solo en los Presupuestos de 2022 tiene consignados 1.371 millones de euros, el Gobierno no ha concretado cuáles son sus intenciones. De momento solo ha trascendido –de forma oficiosa– que la medida arrancaría en 2024 con un sistema de viñeta para más tarde extenderse con peajes.
Su coste se fijaría en un céntimo por kilómetro. España deberá, en cualquier caso, aclarar a Bruselas cómo procederá antes del segundo trimestre de 2022.
A la espera de que el equipo de Pedro Sánchez mueva ficha, el riesgo de que A-55 y VG-20 puedan acabar gravadas con peajes ha puesto en alerta ya a los profesionales del transporte y las instituciones de la comarca. Hace días los alcaldes de Tui, Mos, Salvaterra, Salceda y Ponteareas alertaban de que la aplicación de una tasa en la A-55 resultaría “inasumible”.
“No tenemos otra alternativa y hay muchas personas que se desplazan para ir a sus puestos de trabajo; para ellos supondría un coste diario”
Su homólogo de Tui, Enrique Cabaleiro, recordaba el intenso flujo de tráfico transfronterizo que registra la autovía; y desde Mos la primera edil, Nidia Arévalo, tachaba de “vergonzosa” la sola posibilidad de tener que pagar por una infraestructura llena de carencias, peligrosa y y con tramos limitados a 80 y 60 km/h.
1 Aplicación de peajes en las autovías
El Gobierno plantea el cobro por el uso de las autovías. A la espera de que concrete sus planes se apunta a un céntimo por kilómetro.
2 Cobro en las grandes arterias de la ciudad
H De concretarse, los planes del Gobierno afectarían a las autovías estatales A-55 y VG-20, además de la A-52, que da salida a Ourense y Madrid.
3 Viales que ya exigen el pago de tasas
H En el área ya hay viales con peajes: parte de la AP-9 o la AG-57. El acceso a la_AG-46 por Rande tiene también un “peaje en la sombra”.
4 Impacto en los hogares y la industria
H El peaje de la A-55, alertan alcaldes del área, afectaría a vecinos que la utilizan para
ir a sus trabajos. También golpearía al tejido industrial.
5 El “caso A-55”: pago por un vial deficiente
H En el caso de la A-55, los conductores pagarían por un vial saturado, lleno de
En clave económica, el jueves el presidente de la Autoridad Portuaria, Jesús Vázquez Almuiña, reconocía su “preocupación” por el aumento de costes que implicarían los nuevos peajes, en especial en la VG-20, infraestructura vertebradora para el tráfico de mercancías que se genera entre el muelle de Bouzas y la factoría de Stellantis. A ese coste se añadiría el de la A-55. De concretarse los planes del Gobierno de cobrar un céntimo por cada kilómetro de autovía, a un camionero que realizase 12 servicios diarios de Vigo a As Gándaras –24 viajes, entre idas y vueltas, en un trecho de 20 kilómetros– la tasa le saldría en 4,8 euros diarios.
La alternativa sería incluso más costosa. Por la AP-9, cada trayecto Vigo-Porriño cuesta 1,7 euros para los vehículos ligeros y 2,75 o 3,65 para los pesados, en función de sus características. En julio Audasa activó descuentos especiales en el tramo de autopista comprendido entre Tui y Vigo, pero requieren que los conductores cumplan algunos requisitos: disponer de un OBE, que el viaje de ida y vuelta coincida y que ambos trayectos se completen en menos de 24 horas. En cuanto a la AG-57, el recorrido Vigo-Nigrán cuesta a los turismos 1,15 euros; y el Vigo-Baiona, 1,7.
Del lado de O Morrazo, acceder a la AG-46 a través del puente de Rande está también gravado, si bien con un “peaje en la sombra” que se abona con cargo al erario público, no de forma directa.
Las Navidades arrancarán en España con uno de sus sectores estratégicos –y más directamente relacionados con el comercio– en huelga. El Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) ha decidido que los camiones se queden en las cocheras entre el 20 y 22 de diciembre para denunciar el “estado de abandono” en el que, sostienen, los mantiene el Gobierno.
El presidente de asociación provincial de transportistas (Asetranspo), Ramón Alonso, reconoce el hartazgo de un colectivo que a lo largo de los últimos meses ha visto cómo su margen de beneficio se achicaba hasta su mínima expresión. “Nuestra cuenta de explotación está un 30% por debajo del coste”, lamenta Alonso antes de recordar, por ejemplo, el alza en el precio de los combustibles.
“Si aún por encima te cobran en las autovías y autopistas...”, añade. Para el representante del sector parte del malestar se dirige al Gobierno por no atender sus reivindicaciones. El problema se agrava sin embargo por otros factores, como que las empresas del transporte hayan tenido que asumir los incrementos de precios.
“La subida del último año es insoportable"
Según detalla Alonso, en la provincia hay más de 25.000 vehículos con tarjeta de transporte, cifra a la que se suman los que, al ser de menor tamaño, no necesitan el documento. Asetranspo espera que el respaldo a la huelga sea mayoritario.
