La Unidad de Igualdad de la UVigo ha constatado la existencia de una brecha salaria de género entre el personal docente e investigador que se debe, sobre todo, a la segregación vertical. Es decir, la disminución de mujeres a medida que se asciende en la escala jerárquica.

Esta conclusión forma parte de un informe cuyos resultados preliminares fueron presentados ayer durante un seminario virtual sobre universidades y brecha de género que fue inaugurado por el rector Reigosa, que hizo hincapié en la necesidad de conocer la situación real para poder adoptar medidas, y la directora de la Unidad de Igualdad, Águeda Gómez.

La economista Nataly Alvarado, autora del informe, explicó que la mayor concentración de profesoras e investigadoras tiene lugar en las categorías con menor jerarquía. En 2020, ellas eran el 36% del personal investigador en formación frente a un 29% de hombres, sin embargo, las catedráticas solo suponían un 4% frente al 10% de los hombres.

Además existe una segregación horizontal –el 72% de los docentes en ingenierías son hombres y en ciencias de la salud hay un 68% de mujeres– y los permisos de conciliación entre 2016 y 2020 fueron solicitados en su mayoría de mujeres.