Difícil imaginarlo hace una década escasa, cuando los hoteles de la ciudad miraban con desánimo cómo se acercaba la Navidad –el calendario de viajes de negocios y congresos se congelaba y las escapadas de vacaciones apuntaban a otros destinos, urbes con más tirón o tradición navideña–, pero Vigo es hoy, 2021, la capital indiscutible de las fiestas. El despliegue de luces led –11 millones se repartirán este año a lo largo y ancho del municipio–, los adornos callejeros, la noria gigante, mercadillos, pista de hielo y las sesiones continuas de villancicos a golpe de megáfono han captado el interés de la prensa dentro y fuera de España y, con ella, de los turistas. Si en diciembre de 2010 los hoteles de Vigo no llegaban a 18.300 huéspedes, en el mismo mes de 2019 su número se había multiplicado hasta superar los 46.100; tantos, que la ciudad aventajaba en flujo de visitantes a Santiago o A Coruña. En 2020 el “efecto Navidad” acusó el golpe de la pandemia; pero en 2021, con la movilidad reactivada y superada la emergencia sanitaria en Galicia, el sector de la hostelería se prepara para el desembarco de turistas.
A casi dos meses del arranque oficial de las Navidades, los datos que maneja el colectivo invitan al optimismo. Jaime Pereira, presidente de la Asociación de Hoteles de Vigo (Ahosvi), explica que está recibiendo un goteo constante de reservas de grupos. “Hay llamadas a diario, incluso dos o tres peticiones por día para el puente”, explica.
“El tiempo será clave”, anota el colectivo, con reservas de grupos diarias
Consultan de Cataluña, de Asturias, Castilla y León, Castilla-La Mancha o del otro lado de Raia, desde Portugal. “Confío en que sea igual o incluso mejor que el de 2019”, abunda Pereira, quien matiza, eso sí, que el resultado de la campaña dependerá en gran medida de un imponderable: la meteorología. Que las nubes perdonen y las semanas de finales de noviembre y el mes de diciembre lleguen sin grandes chubascos o temporales será decisivo para que el colectivo pueda desquitarse de las últimas fiestas, aguadas por el COVID-19, cuando el INE no computó ni 8.300 visitantes en Vigo, lejos, tremendamente lejos, de los más de 46.100 del diciembre anterior.
No todo son previsiones. Pereira explica que a día de hoy el nivel de ocupación para el primer fin de semana de diciembre, primer tramo del puente de la Constitución, el porcentaje de ocupación puede rondar ya el 85 o 90%. A lo largo de los días siguientes desciende ligeramente hasta quedarse en torno al 60 o 70%, niveles similares a los que detectan para el segundo y tercer sábado de diciembre. “El 4 esperamos llegar al 100% de ocupación; el 11 y 18 andaremos por el 80 u 85%”, apura el presidente de Ahosvi. Por lo pronto, señala, los hoteles ya se plantean que probablemente tengan que reforzar sus plantillas para las fechas clave. La tarea no será sencilla. “Hay problemas para contratar personal cualificado y con experiencia”, aclara.
Los datos de Ahosvi no son los únicos que dibujan el tirón de Vigo y sus Navidades. Booking, uno de los portales de reserva de alojamientos más usados del país, ayuda a poner el termómetro a la demanda turística con la que Vigo se despedirá de 2021. Ayer su web informaba de niveles de ocupación que superaban el 70% para todos los fines de semana entre el 20 de noviembre –día en el que se prevé el encendido del alumbrado de Navidad– y el 8 de enero. Los datos oscilan entre el 73 y 77%, con un pico durante el primer fin de semana de diciembre. Según los cálculos de Booking, para la noche del sábado 4 están ocupadas ya el 92% de las plazas; si la búsqueda se amplía a la franja del 3 al 5 de diciembre el nivel de reserva se sitúa en el 87%.
La ocupación no será homogénea, en cualquier caso. Jaime apunta que los picos de demanda se concentran los fines de semana –especialmente los sábados– y que hay fechas, como Nochebuena, en la que el flujo suele resentirse. Sí hay expectación de cara a Fin de Año, aunque la clave para los negocios –reconoce Ahosvi– estará en su oferta, si disponen o no de cena con cotillón y baile, por ejemplo. Las tablas del INE muestran que en diciembre de 2019 la ocupación media por plaza alcanzó el 61%; el específico del fin de semana se elevó incluso al 76%, uno de los mejores porcentajes de todo el año.
Peinador recupera la ruta de Ryanair con El Prat y ve cómo se complica el monopolio para Barajas
Con la promoción de la campaña más que asegurada y tras haber alcanzado eco en medios nacionales e internacionales de primer nivel, a la Navidad de Vigo le queda un reto clave: fortalecer las conexiones por transporte público entre la ciudad y el resto del país. Salvo que añada algún nuevo servicio de última hora a su parrilla, en diciembre Peinador ofrecerá rutas únicamente con Madrid, Barcelona, Las Palmas y Tenerife.
En materia ferroviaria, la campaña navideña afronta también –al menos así lo ha hecho en los últimos días, incluido ayer mismo– un hándicap importante: a pesar de la demanda de viajeros entre Vigo y Madrid, Renfe mantiene bloqueada la venta de billetes en la ruta para fechas que vayan más allá del 17 de diciembre. Probablemente la medida esté relacionada con la reconfiguración de la oferta que traerá consigo el estreno del AVE entre Ourense y Madrid, lo que fortalecerá a su vez el servicio de Vigo. Al margen de esa mejora, lo cierto, hoy por hoy, es que los visitantes que quieran planificar sus vacaciones de Navidad en la ciudad no tienen la opción de comprar billetes a partir del 18.
Además del inminente estreno de la Alta Velocidad entre Galicia y la capital, Vigo celebra otras dos noticias de tono positivo en materia de movilidad. La primera es el retorno de Ryanair. La low cost acaba de reactivar su ruta con Barcelona, lo que rompe el monopolio que desde 2019 mantenía Vueling en la conexión con la Ciudad Condal. A la espera de que avancen los contactos con el Concello para enraizar a la firma irlandesa en Peinador, su programación con El Prat está cargada ya hasta finales de octubre del próximo año.
La otra noticia positiva es la cada vez más compleja compra de Air Europa por Iberia, operación que podría dejar la ruta Vigo-Madrid en monopolio. En los últimos días El País apuntaba que razones regulatorias y financieras complican cada vez más la maniobra. Desde la propia filial de IAG se reconoce un “pesimismo” creciente.
