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Expertos creen inviable reducir los microcortes eléctricos que sufre Stellantis sin la alta tensión

Un operario de Stellantis, en la cadena de montaje de baterías de ion-litio. | // M.G. BREA

La red de 132 kilovoltios (kV) que abastece a Vigo se ha quedado obsoleta y la única solución para reducir los huecos de tensión que cada año provocan la pérdida de cientos de coches en Stellantis es la que acaba de descartar el Ministerio de Transición Ecológica: el enganche a la línea de Muy Alta Tensión (MAT) que atraviesa Porriño con una nueva subestación en Balaídos. Las conclusiones de un estudio elaborado por el Grupo de Electrotecnia y Redes Eléctricas del departamento de Ingeniería Eléctrica de la UVigo apuntan en esta dirección y arrojan serias dudas sobre lo que propone ahora el departamento que pilota Teresa Ribera, que no es otra que actuaciones de mejora sobre la red actual de 132 kV para atajar esos microcortes, que suelen producirse cuando hay descargas en el tendido en días de tormenta. El cambio de planes del Ministerio, como adelantó ayer este periódico, ha desatado una ola de indignación en toda la cadena de valor de la industria viguesa del automóvil y en la Xunta, que habla de un “doble castigo” a Stellantis al no resolverse el problema crónico de los huecos de tensión y obligar a la planta a pagar más por la electricidad que su competencia.

La decisión del Ministerio, que retiró de la planificación de Red Eléctrica de España (REE) hasta 2026 un proyecto ya contemplado en 2015 pero que no llegó a ejecutarse, choca contra los argumentos que recogen los expertos de la UVigo y los propios técnicos de Stellantis: que la red de 132 kV ya no da más sí y no hay margen de mejora. La factoría viguesa ha tenido que acometer en las últimas décadas inversiones millonarias de puertas hacia dentro para limitar el impacto de los microcortes en la actividad productiva, como por ejemplo con la instalación de 26 sistemas de alimentación ininterrumpida con una potencia de 3 MVA para desvincular equipos electrónicos y de control vitales de las perturbaciones del exterior. Con todo, la situación se repite todos los años, sobre todo en primavera y verano, cuando son más frecuentes las tormentas: cientos de coches perdidos, averías en software y hardware y autómatas desprogramados.

El estudio de la UVigo concluye que la severidad de los huecos de tensión disminuirá cuando el suministro de energía eléctrica proceda de la red de transporte en 220 kV frente al suministro actual desde la red de distribución en 132 kV. “Ello es debido a que la tensión residual de un hueco de tensión registrado en el nivel de 220 kV es notablemente superior al del mismo hueco registrado en la red de 132 kV, lo que lo haría menos severo o incluso dejaría de ser considerado hueco y por tanto imperceptible para el proceso de fabricación”, ahonda el informe, que fue remitido con las alegaciones de la empresa a Transición Ecológica la pasada primavera.

El Ministerio ha hecho caso omiso de este y otros argumentos y la semana pasada trasladó a la Xunta que no habrá enganche a la red de 220 kV y que como solución se acometerían mejoras en la de 132 kV, algo que en el sector del automóvil consideran “palabrerías” para salir del paso y no acometer una infraestructura que Stellantis considera vital para anclar el tejido productivo del automóvil en la comarca de Vigo. También la Xunta cargó ayer, a través del vicepresidente segundo y conselleiro de Economía, Empresa e Innovación, Francisco Conde, contra la decisión del Ministerio porque supone una “doble condena a Stellantis”, ya que además de que no se solucionarán –a su juicio– los microcortes, al vetar el enganche de Balaídos a la Muy Alta Tensión obliga a la factoría a pagar más por la luz que sus rivales, lo que limita su competitividad industrial.

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