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¡Bienvenida, Tuibierfest!

Fernando Franco

¡Bienvenida, Tuibierfest!

¡Viva la camaradería cervecera! Hoy os traigo a estos queridos y alegres amigos en su XII Tuibierfest y su XXII Exaltación de la Salchicha alemana, que con ese nombre empezaron a llamarla. La celebran cada año, con la visita estival del matrimonio alemán formado por Heinz Heinsel (83 magníficos años) y Tini Alonso (74 años). Tudenses ambos, ella de nacimiento y él de corazón, ya que por todos los tudenses es conocido el cariño que le procesa a esta ciudad. Y como tradición, con esta visita se organiza la fiesta de hermandad Germano-Española, conocida como Tuibierfest, que se celebra en la finca “A lareira do Hipólito”, que yo conozco y Dios guarde muchos años. El menú, “kartoffelsalat” de entrante, “bratwurts” a la brasa acompañado de “senf Thomy” y postre “apfelstrudel”, todo regado con bier+bier+bier. Ahí veis a Miguel Méndez, Heinz Heinsel, Pepin Solleiro, Pili Cachelo, Tino Alonso y Josin Alonso esperando a los invitados, devotos todos de las santas Amistad y Cerveza.

Demerata, la peste viguesa

¡Querido Wagner G. Barreira,colega, brasileiro paulista, al acabar estas líneas me voy a una librería para comprar tu Demerata, que publicaste en Galaxia! Me contó el bibliófilo en tránsito a bibliómano y encendido biblioterapeuta, además de comisario de exposiciones, José Luis Mateo, que viniste a Vigo hace tres años (y estos días has vuelto) a documentarte sobre la vida aquí anterior a la gripe de 1918 porque ambienta la primera parte de esa novela que ya publicaste en Brasil y ahora haces en Galicia. Te imaginé recorriendo nuestras calles más viejas recordando a tu abuelo, en el que te inspiraste para la segunda parte, como emigrante que fue en el barco que llevó la letal gripe a Brasil, el Demerata, título de tu libro. Me interesó mucho esa historia que me adelantó Mateo, de un chaval que se crió en un orfanato vigués de antes de 1918 y que, tras abandonarlo, vive errante por los alrededores del puerto antes de embarcarse en el Demerata, el barco de la peste a la que sobrevivió tu abuelo por milagro. Ahora llamo a Mateo por si sigues en Vigo para conocerte.

De música en el Monfortino

Un buen libro entre las manos, qué placer. También una buena mesa en que se dé gozo al paladar con una coronación musical. Tengo una cita con la enviada especial miravigoana a bares con música (culta) Marita Vázquez de la Cruz, presi de Diálogos 90, porque me sopló que ahora, en Vigo, tenemos también como opción el Monfortino Pianobar, ahí en Venezuela, 35. Me dice ella que la música llega a la hora del copeo, del almuerzo, de las cenas, en los largos fines de semana. Que el Jazz, la llamada clásica, la romántica, la de siempre, la que nos gusta a todos, sale del piano que lo tocan, casi siempre, Phil, Black, Rosanna Ojea, Rodrigo Portela...y, de vez en cuando, aparece, por ejemplo, Ivan Fernández. Y con él, en tempo breve, pero espléndido, composiciones recientemente descubiertas de Schumann, nada menos que unas Variaciones sobre un tema de Beethoven; y, nada más, que sobre el Allegretto de la séptima sinfonía. Me dice Marita: “A su sonido, bellísimo, perdió la tartamudez el padre de la actual --y eterna-- reina de Inglaterra , en su discurso de declaración de la segunada guerra mundial. ¿Recuerdan la peli, “El discurso del rey?”. Interesados en degustar la cocina del interior, de la Riberia Sacra, actualizada y al compás de la suave música pianística más hermosa, que testen el Monfortino de Carlos J. González, un experto en todo lo que hasta aquí he contado.

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